El Complejo Astronómico de La Hita (Toledo) ha registrado el choque de dos rocas contra la atmósfera, que ha provocado dos bolas de fuego en las provincias andaluzas de Jaén y Málaga. Una de las rocas procedía de un cometa, y la otra, de un asteroide.

El fenómeno se produjo ayer lunes, según ha detallado la Fundación ‘Astrohita’. A las 02.08 horas, una bola de fuego brillante surcaba el cielo, y casi dos horas después, a las 04.11 horas, se registraba un fenómeno similar pero más brillante. La Universidad de Huelva, que opera en el Complejo Astronómico de la Hita, registraron ambos impactos con sus detectores, y también los observatorios astronómicos de Calar Alto (Almería), La Sagra (Granada) y Sevilla. Todos ellos trabajan en el marco del Proyecto ‘Smart’, que tiene como objetivo monitorizar continuamente el cielo para registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar.

El profesor José María Madiedo, de la Universidad de Huelva, ha explicado, según la Agencia EFE, que la bola de fuego que apareció a las 02.08 horas se produjo como consecuencia de la brusca entada en la atmósfera terrestre de una roca procedente de un asteroide a unos 72.000 kilómetros por hora. El impacto tuvo lugar a unos 90 kilómetros de altura sobre el noroeste de la provincia de Jaén, punto desde el que se movió siguiendo una trayectoria prácticamente vertical para finalizar a una altitud de unos 42 kilómetros.

La segunda de las bolas de fuego, observada a las 04.11 horas, tuvo su origen en el impacto contra la atmósfera de una roca desprendida de un cometa a una velocidad algo mayor: unos 75.000 kilómetros por hora, y el evento, por tanto, no guarda ninguna relación con el registrado dos horas antes.

En este caso, la bola se fuego se inició sobre la provincia de Granada, a una altitud de 133 kilómetros sobre la vertical de la localidad de Almuñécar, y desde allí continuó en dirección noroeste para finalizar a una altitud de unos 79 kilómetros sobre la provincia de Málaga, prácticamente en la vertical de Antequera.

En ambos casos las rocas se destruyeron completamente a gran altitud sin impactar contra el suelo.