Hemos llegado a un momento en el que los grandes referentes de la historia del rock se han convertidos en dioses. En figuras casi míticas. En personajes mitad reales, mitad mitológicos. Llevan décadas sobre los escenarios y grabando discos. Han coqueteado con todo tipo de excesos. Su vida merece ser contada. Normalmente, el proceso comienza con un libro, aunque en los últimos tiempos, caso de Amy Winehouse o Kurt Cobain, lo del documental gana terreno. Pero la vida de Nick Cave no cabe ni en un formato ni en otro. Para contar lo de Cave hace falta algo más negro, más gráfico y desgarrador. Solo el cómic, o la novela gráfica, como nos ha dado por llamarlo ahora, hace posible la tarea. La pasada semana se publicó en Estados Unidos Nick Cave: Mercy on me. La novela recorre la vida del artista de origen australiano, desde su infancia. Y recrea las primeras experiencias musicales, para centrarse en su etapa con Birthday Party, por supuesto con The Bad Seeds. La obra corre a cargo del dibujante alemán Reinhard Kleist. Kleist ya había novelado en cómic las vida de Elvis y de Johnny Cast. En este caso ha sabido reflejar el universo artístico de Cave. Su visión e blanco y negro, sin matices, dura y extraordinariamente definida. Igual que su voz nos golpea desde los discos, las imágenes nos impactan desde el papel. Para Nick Cave ha declarado que Kleist ha hecho volar las convenciones de la novela gráfica. Ha logrado conectar el terror de las canciones con partes biográficas más o menos inventadas”. El resultado es un viaje complejo, excitante y completamente bizarro, como han descrito desde la oficina de prensa del cantante. Eso sí, Nick Cave se apresura a desmentir algunos pasajes de la novela en las que las licencias de los autores le pintan como un ser tan agresivo que llega al asesinato.   [embedyt] https://www.youtube.com/watch?v=GEj2cQzuwqQ[/embedyt]