Son muchos los grupos y partidos ecologistas que han expresado ya su disgusto por lo que supone la victoria de Donald Trump para la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global.  En España, el partido EQUO ha calificado en un comunicado de “muy mala noticia” su victoria, afirmando que “está por ver qué consecuencias tendrá la presidencia de Trump en las políticas que debe implementar EEUU para reducir las emisiones de CO2". No son pocos los frentes abiertos para el medio ambiente en los que Trump mantiene una postura opuesta a la de su predecesor en el cargo, Barack Obama, a la Unión Europea o incluso contraria a los consensos internacionales de lucha contra el cambio climático que estos días se desarrollan en la Cumbre del Clima de Marrakesh.

Rehazo al Acuerdo de París

Empezando por el ambicioso Acuerdo de París, que entró en vigor el viernes pasado. El pasado septiembre, el entonces presidente Obama suscribió el acuerdo junto con su homólogo chino, Xi Jinping, y así, los dos principales países en emisiones de gases de efecto invernadero se sumaban a este ambicioso proyecto. La ratificación presidencial era posible en el país americano gracias a que, el pasado mes de diciembre, las delegaciones presentes en la cumbre de cambio climático habían aceptado que Estados Unidos pudiera suscribir el acuerdo por una decisión presidencial, sin necesidad de que lo aprobase el Senado, evitando así que la cámara lo rechazara, como ocurrió cuando Al Gore firmó el protocolo de Kioto en 1997. Pero Donald Trump, que la semana pasada afirmó en Twitter que “el concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos para así hacer que los productos fabricados en Estados Unidos sean menos competitivos”, lleva en su programa la revocación del acuerdo. Una postura ante la que, en su día, reaccionaron cerca de 400 científicos estadounidenses, incluidos 30 premios Nobel, advirtiendo de las “nefastas consecuencias” que tendría no secundar el Acuerdo de París. Con todo, la ministra francesa de Medio Ambiente, Segolene Royal, ha afirmado que el presidente estadounidense electo no podrá revocar la postura de su país en este Acuerdo, ni siquiera alegando el rechazo del Senado. tuitdetrump

Apoyo al fracking y crítica a las renovables

También se apoyar el fracking, aduciendo la búsqueda de la independencia energética del país, eliminar las limitaciones impuestas por la Administración de Obama a la generación eléctrica en las plantas de carbón más obsoletas, y eliminar la Agencia de Protección del Medio Ambiente, a la que acusa de animadversión hacia el carbón, o permitir un uso más abierto al público de los parques nacionales. Myron Ebell, asesor de Trump para cuestiones ambientales, que liderará el Departamento de Energía con un lobista de los combustibles fósiles, Mike McKennan, ha manifestado repetidamente su escepticismo sobre el calentamiento global, y en particular sobre que la mano del hombre esté detrás de él. Y el pasado mes de octubre, Trump anticipó que su intención era "eliminar entre el 70% y el 80% de las regulaciones de la EPA". Además, Trump se ha manifestado a favor de retomar el polémico proyecto del oleoducto Kyestone, que Obama paralizó y persigue unir los campos de petróleo de Canadá con las refinerías del sur de Estados Unidos.