El agua puede causar estragos. Las inundaciones son el riesgo natural que más muertes y daños materiales causa en España. Según los datos de Protección Civil, durante los últimos treinta años, fenómenos como las lluvias intensas o la ruptura de presas han provocado en España trescientos fallecimientos. Solo el pasado año murieron 24 personas (trece de ellas en las riadas de Mallorca), y los daños ocasionados por las aguas superaron los 500 millones de euros. Así que la entidad ha recopilado una serie de medidas con las que protegernos en caso de que sintamos su amenaza.

Lo primero es mantener la calma, y transmitir esa serenidad a las personas que estén a nuestro alrededor. También se debe retirar de las viviendas los objetos que puede arrastrar el agua, revisar el tejado, las bajantes de agua y los desagües. Colocar los documentos y los productos peligrosos en lugares a salvo del agua, y no estacionar vehículos ni acampar en cauces secos o a orillas de un río.

En caso de que se produzca una emergencia de estas características, hay que abandonar los sótanos y plantas bajas. Desconectar la energía eléctrica para evitar cortocircuitos. Y realizar los desplazamientos preferentemente por carreteras principales y autopistas.

Si la persona está en el campo, Protección Civil aconseja alejarse de los ríos y zonas bajas de laderas y dirigirse a las zonas más altas, y en todos los casos tratar de mantenerse informado a través de la radio y de los medios de comunicación.