Hasta el próximo 17 de enero se celebra la 41 edición del mítico rally automovilístico Dakar, que por primera vez se centrará en un solo país, Perú, y será más corta de lo habitual. Son ya varias las organizaciones ecologistas que han advertido de su repercusión en el medioambiente, su huella ecológica y el impacto en la biodiversidad ante la invasión de espacios naturales, la afluencia de público y la logística que conlleva.

El rally recorrerá 5.000 kilómetros en diez etapas, que se iniciarán en Lima (centro) hasta llegar a Tacna (sur), para volver después a la capital peruana. Los pilotos participantes en esta edición recorrerán, entre otros territorios, dunas, arenales y litoral por zonas del desierto de Ica, y las localidades de Pisco, San Juan de Marcona y Arequipa, todo ello a bordo de 337 vehículos, entre ellos, 138 motos, 96 automóviles, 41 camiones, 33 utilitarios todoterreno (UTV) y 29 quads.

Así, según cálculos oficiales, se generarán 15.000 toneladas de dióxido de carbono y más de cien toneladas de residuos sólidos que se recogerán en los campamentos de la caravana y en zonas de espectadores a lo largo del recorrido. Eso sí, según ha expresado la organización, el Dakar, que llegó a América Latina en 2009, compensará sus emisiones de dióxido de carbono con donaciones para proyectos de conservación en la región amazónica de Madre de Dios y el Parque Nacional Cordillera Azul.

Así, el Ministerio del Ambiente de Perú señala en su página web que Dakar 2019 será “carbono neutral” al compensar las actividades con la adquisición de 5.000 toneladas de créditos de carbono del proyecto Reducción de Emisiones de gases de efecto invernadero causadas por la Deforestación y Degradación de los bosques, la conservación y el incremento de las capturas de CO2 (REDD). Esto beneficiará, según las fuentes oficiales, al Parque Nacional Cordillera Azul, situado en las regiones de Huánuco, San Martín, Ucayali y Loreto, una zona de transición entre los Andes y la Amazonía. Ello se sumará a las 10.000 toneladas que compensarán en el proyecto Madre de Dios Amazon REDD, zona amazónica afectada por la minería ilegal, recalcan.