El 0,1% de la población con mayores ingresos genera más emisiones de carbono en un solo día que la mitad más pobre del planeta durante todo un año. Así lo señala un nuevo informe de Oxfam Intermón publicado con motivo de la próxima Cumbre del Clima (COP30), que se celebrará el 10 de noviembre en Belém (Brasil).

El estudio, titulado El saqueo climático: cómo unos pocos poderosos están llevando al mundo al desastre, analiza datos desde 1990 y concluye que los hábitos de consumo y las inversiones del grupo más rico están agotando el presupuesto de carbono global, es decir, la cantidad de CO₂ que puede emitirse sin provocar daños irreversibles.

Según el documento, si toda la población emitiera al mismo ritmo que el 0,1% más rico, ese presupuesto se acabaría en menos de tres semanas. El informe también calcula que cada persona de ese grupo genera una media anual de 1,9 millones de toneladas de CO₂, una cifra equivalente a unas 10.000 vueltas al mundo en avión privado.

Coche de lujo sobre el asfalto

España: las emisiones más altas, 55 veces superiores

En el caso de España, una persona perteneciente al 0,1% con más ingresos emite 55 veces más carbono que alguien del 50% con menores recursos. Para que sus emisiones fueran sostenibles, ese grupo debería reducir un 99,4% su huella antes de 2030, con el fin de evitar que el calentamiento global supere los 1,5 ºC.

A nivel mundial, las emisiones del 1% más rico podrían provocar 1,3 millones de muertes relacionadas con el calor a finales de siglo y causar daños económicos valorados en 44 billones de dólares en países con ingresos bajos y medios. Los efectos se concentrarán, según Oxfam, en el Sur global y afectarán de manera especial a mujeres, niñas y comunidades indígenas.

Durante los diez años transcurridos desde el Acuerdo de París, el 1% más rico ha consumido más del doble del presupuesto de carbono que toda la mitad más pobre de la población mundial.

Panorámicas de Barcelona desde el Mirador de Torre Baró, a 12 de diciembre de 2024

La dana de 2024, ejemplo de desigualdad climática

Oxfam Intermón relaciona estos datos con los efectos de la dana que afectó a España en octubre de 2024, en la que murieron más de 200 personas. La organización recuerda que los fenómenos extremos golpean con mayor fuerza a quienes cuentan con menos recursos.

Las inundaciones, el desastre climático más frecuente en el país, suponen cada año unos 800 millones de euros en pérdidas. Más de un millón de viviendas están construidas en zonas de riesgo, sobre todo en el litoral mediterráneo. En las áreas urbanas más expuestas, el 81% de los hogares tiene una renta media inferior a 40.000 euros.

Lourdes Benavides, responsable de Justicia Climática de Oxfam Intermón, ha subrayado que “la dana fue una muestra de cómo la crisis climática se entrelaza con la desigualdad”. Según ha explicado, “España está entre los países más expuestos de Europa” y la situación “demuestra la necesidad de avanzar hacia una transición energética justa y en planes de adaptación que no dejen a nadie atrás”.

Varias personas junto a coches destrozados tras el paso de la DANA por el barrio de La Torre de Valencia

Propuestas para reducir desigualdades y emisiones

La ONG plantea varias medidas para abordar estas desigualdades. Entre ellas, reducir las emisiones del 0,1% más rico y aplicar impuestos sobre la riqueza extrema y los beneficios extraordinarios de las empresas de combustibles fósiles.

Oxfam calcula que un impuesto del 60% sobre los ingresos del 1% más rico del mundo podría reducir las emisiones en una cantidad equivalente al total de las del Reino Unido y generar unos 6,4 billones de dólares.

El Gobierno propone reducir un mínimo del 31% las emisiones contaminantes

La organización también propone limitar la influencia política y económica de las grandes fortunas y excluir a las empresas de combustibles fósiles de las negociaciones climáticas. Además, defiende fortalecer la participación de la sociedad civil y de los pueblos indígenas en la toma de decisiones sobre el clima.

Oxfam Intermón insiste en la necesidad de repartir de forma equitativa el presupuesto climático restante y garantizar que los países ricos aporten financiación suficiente. Finalmente, la organización aboga por un sistema económico que priorice a las personas y al planeta, y que deje atrás el modelo neoliberal actual.

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