Cuenta, aunque nunca se sabe si estás cosas son del todo ciertas, que Fleming descubrió la penicilina por casualidad. El medicamento más importante del milenio fue producto de un descuido del científico cuando dejó unas placas contaminadas con bacterias al aire. Tras unos días, en una de ellas había crecido un moho que mataba las bacterias. Puede ser que ahora suceda lo mismo con la contaminación por CO2.

De CO2 a etanol

Quién sabe si otra casualidad nos deparará el invento del nuevo milenio. El caso es que químicos del Departamento de Estado de Energía y del laboratorio Oak Ridge han conseguido convertir el CO2 en etanol. Así dicho parece una reacción química más, pero sus implicaciones son gigantescas. Por un lado, el CO2 es el principal implicado en el efecto invernadero. Producto de la combustión de fuentes de energía fósiles, su concentración en la atmósfera es ya preocupante desde hace décadas. Por otro lado, el etanol, puede ser empleado a su vez como combustible.

De carambola

Los responsables del hallazgo han declarado que “hemos encontrado algo por accidente, pero ha funcionado”. Habían empezado a analizar las reacciones que hacen posible el paso del dióxido de carbono a ese alcohol. Sin embargo, en cuanto dieron el primer paso para conseguir la reacción, esta se produjo. “No eran necesarios más”, declararon felices y sorprendidos. Lo que sucedió es que, sin querer, dieron con un catalizador que “hacía todo el trabajo por sí solo”. Este compuesto, utilizado para dar ese primer paso, estaba compuesto por nitrógeno, carbono y cobre. El descubrimiento se publicó en la revista Chemistry Select y ahora están empezando a analizarse las implicaciones.

Coches que consuman CO2

Por hacer el relato corto, es posible imaginar un futuro cercano en el que los coches no emitan CO2, Es más, lo que hagan sea consumirlo, de modo que reduzcan la concentración del gas en la atmósfera, al menos en la misma medida que ahora emiten. Dentro del motor tendrían lugar la reacción que convertiría el gas en etanol, lo cual serviría para mover el vehículo. El único inconveniente es que el etanol parece que es un elemento con poder contaminante. En concreto, según la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos, puede aumentar los niveles de ozono ambiental, un gas nocivo en capas bajas de la atmósfera. Por eso, otras instituciones están estudiando este mismo proceso con el fin de obtener metanol, un carburante biodegradable y que no genera residuos en su combustión.