Ver porno en el trabajo no solo es peligroso para el individuo que lo practica, sobre todo si le pilla el jefe. Invertir horas laborales en acceder a páginas de contenido para adultos comporta otra serie de factores menos conocidos.

Unos factores que ahora un estudio de la BYU Marriott School acaban de publicar. Según su análisis, aquellas personas que ven imágenes y vídeos pornográficos son más propensos a mantener otro tipo de hábitos poco éticos con la empresa y con sus compañeros. 

Entre tipo de comportamientos incluyen la mentira, el fraude y la conspiración para alcanzar sus objetivos, por encima de los demás compañeros. Los autores del informe extrapolan que, de ver porno, se va a realizar prácticas que terminan perjudicando el buen funcionamiento de las empresas, y de ahí, de todo el sistema. Un tanto radical. 

El estudio se realizó sobre 200 individuos seleccionados de una muestra previa de 1.000 personas. A un grupo se le pidió que relatara su última experiencia viendo porno y se grabó su intervención. Al grupo de control se le pidió que relatara su última experiencia haciendo ejercicio, evidentemente no incluía las prácticas sexuales. 

Un vídeo aburrido después del porno

Después se sometió a todos los individuos a la visión de un aburridísimo vídeo de 10 minutos que consistía en una pantalla azul, con una voz en off monótona contando algo sin ningún interés. Los investigadores comprobaron que el 21 por ciento de los que habían visto porno no terminaron de ver el vídeo. Aunque aseguraron que sí

Por el contrario, en el grupo de los gimnastas ese comportamiento se produjo solo en el 8% de los sujetos. Es decir, que la capacidad de mentir y de escaquearse de las obligaciones es un 163% más elevada en el caso de los que aseguraban haber visto porno en el trabajo.

Según los autores, el fundamento de este comportamiento es la propia naturaleza del porno. La deshumanización de las relaciones se extiende a otros ámbitos. Así, los sujetos que no encuentran que sus mentiras y fraudes sean demasiado grave.