Las nubes altas de Venus contienen fosfina, un gas que en la Tierra solo se produce a nivel industrial o por microbios que prosperan en entornos libres de oxígeno. Es el llamativo descubrimiento de un equipo internacional de astrónomos de cinco universidades, dirigido por la profesora Jane Greaves de la Universidad de Cardiff.

La fosfina, fosfano o trihidruro de fósforo (PH3) es un gas incoloro, inflamable, tóxico e inodoro en estado puro, aunque a menudo huele a ajo o pescado podrido cuando se presenta junto a otros compuestos similares. Esta sustancia se encuentra en ambientes como las ciénagas o las heces.

Los astrónomos han especulado durante décadas que las nubes altas en Venus podrían ofrecer un hogar nuevo para los microbios, que flotan libres de la superficie abrasadora, pero que aún necesitan tolerar una acidez muy alta. La detección de moléculas de fosfina, que consisten en hidrógeno y fósforo, podría apuntar a esta vida "aérea" extraterrestre. El nuevo descubrimiento se describe en un artículo publicado en Nature Astronomy.

Las primeras declaraciones de los expertos

El equipo utilizó por primera vez el telescopio James Clerk Maxwell (JCMT) en Hawái para detectar la fosfina, y luego se les otorgó tiempo para seguir su descubrimiento con el grupo de 45 telescopios del Atacama Large Millimeter / submillimeter Array (ALMA) en Chile. Ambas instalaciones observaron Venus en una longitud de onda de aproximadamente 1 milímetro, mucho más de lo que el ojo humano puede ver; solo los telescopios a gran altitud pueden detectar esta longitud de onda de manera efectiva.

En un comunicado de la Royal Astronomical Society, la profesora Greaves dice: "Este fue un experimento hecho por pura curiosidad, en realidad, aprovechando la poderosa tecnología de JCMT y pensando en futuros instrumentos. Pensé que podríamos descartar escenarios extremos, como las nubes llenas de organismos. Cuando obtuvimos los primeros indicios de fosfina en el espectro de Venus, ¡fue un shock!".

El Centro Regional ALMA del Reino Unido y la Universidad de Manchester, agregan: "Para nuestro gran alivio, las condiciones eran buenas en ALMA para las observaciones de seguimiento mientras Venus estaba en un ángulo adecuado con la Tierra. Sin embargo, procesar los datos fue complicado, ya que ALMA no suele buscar efectos muy sutiles en objetos muy brillantes como Venus ".

Por otro lado, el profesor Hideo Sagawa de la Universidad Sangyo de Kioto utilizó sus modelos para la atmósfera venusiana para interpretar los datos y descubrió que la fosfina está presente pero es escasa: solo unas veinte moléculas por cada mil millones.

 Para crear la cantidad observada de fosfina en Venus, los organismos terrestres solo necesitarían trabajar a aproximadamente el 10% de su productividad máxima, según cálculos de Paul Rimmer de la Universidad de Cambridge. Sin embargo, advierte de que es probable que cualquier microbio en Venus sea muy diferente a sus primos terrestres para sobrevivir en condiciones hiperácidas.