Responde al nombre técnico de 2015 TG38, pero los astrónomos lo llaman Goblin (que se traduce como El Duende) porque el equipo de científicos estadounidese que lo detectó, lo vio por primera vez en Halloween de 2015. Ha sido el último en llegar al registro oficial de planetas en la Unión Astronómica Internacional, tiene apenas 300 kilómetros de diámetro, forma esférica, es un cuerpo celeste ubicado dos veces y media más lejos del Sol que Plutón, y su existencia plantea la posibilidad de que haya un noveno planeta.

La del Planeta Noveno, también conocido como Planeta X, es una hipótesis que lanzaron Michael E. Brown y Konstantin Batygin en 2015, y es un mundo todavía por descubrir y que podría tener una masa aproximadamente 10 veces mayor que la de la Tierra. Y, según publica la revista Astronomical Journal, El Duende se ha clasificado como objeto transneptuniano extremo, lo que quiere decir que su órbita se expande más allá de Neptuno, muy alejada del Sol, y su fuerza gravitacional no interactúa con la de los planetas internos del Sistema Solar.

Así, los investigadores abonan la teoría de que El Duende podría orbitar en torno a otro planeta, un cuerpo celeste situado mucho más allá de Plutón, con un tamaño 10 veces mayor que el de la Tierra. Para llegar a esta conclusión, los astrónomos explican que la posición relativa de 2015 TG38 coincide con la de Seda y 2012 VP113.

Plutón se encuentra a unas 34 unidades astronómicas (UA) del Sol, una medida definida como la distancia entre la Tierra y una estrella, y el nuevo planeta enano está a unas 80 UA. Es decir, está "en una órbita muy alargada, su perihelio está situado alrededor de 65 UA. Solo 2012 VP113 y Sedna, a 80 y 76 UA, respectivamente, tienen una órbita más distante", han descrito los investigadores.