El 9M se ha convocado un paro de mujeres en México que pasará a la historia. Como ya ocurriera en España en 2018, se convoca a todas las mujeres del país para que hagan huelga bajo los lemas #UnDíaSinNosotras y #El9NingunaSeMueve. En 2018 la huelga de mujeres española fue noticia en todo el mundo por su novedad y poder de convocatoria, a pesar de que las manifestaciones feministas ya se venían repitiendo desde hace años y de que las concentraciones en repulsa de cada nuevo asesinato eran ya la norma ante los ayuntamientos, por desgracia, cada semana. En 2020, México será quien asombre al mundo.

¿Qué ha cambiado en el feminismo de México?

Si en España estaba reciente el caso de La Manada, en México lo está el de la pequeña Fátima, secuestrada, torturada y asesinada a sus 7 años. Dos casos que destacaron, si eso es posible, entre el horror cotidiano. Dos gotas que colmaron los vasos. Dos basta ya un poco más altos que los demás.

Siete mujeres asesinadas al día son para montar una revolución

Según los datos oficiales del INEGI, que muchos sospechan no reflejan todas las víctimas, cada día más de 7 mujeres son asesinadas en México víctimas del Feminicidio.  Cómo una sociedad puede levantarse ante un caso de forma especial cuando parece haberse acostumbrado a que sea algo estadísticamente normal a diario importa poco en este momento. Lo verdaderamente relevante es que por fin se muestre decidida a cambiar las cosas.

Quienes no quieren ver un problema concreto y rechazan el feminismo alegan que la violencia es un fenómeno mayor en el que son más los hombres asesinados que las mujeres, ignoran un factor esencial: los hombres asesinados mueren en disputas y delitos comunes, especialmente el narco. Pero sólo a ellas las matan por el mero hecho de ser mujer.  Es decir, ambos pueden verse envueltos en una "balacera" o secuestrarles para robarles o servir de rescate. Pero solo a ellas se las secuestra para ser violadas y torturadas sin más razón.

No puede ser cultural ni costumbre

Amo México y por respeto a su gente no caeré en el etnocentrismo de opinar sobre las características de su sociedad y su cultura. Ese debate debe ser interno y les corresponde a ellos. Es más, ante la violencia injustificada en cualquier lugar del mundo o de la Historia, discutir sobre las causas es el primer paso para aceptarla como idiosincrasia, endemismo o hasta tradición. Se corre el riesgo de confundir la causa con la razón. Y no puede serlo. 

Por otra parte, no son demasiadas las lecciones que desde este lado del Atlántico podemos dar, pese a la desproporción de las cifras, con 55 mujeres asesinadas en España durante 2019. Pero tampoco se puede ser imparcial y la historia nos lo ha enseñado. En 1957, la Asociación Americana de Antropología se negó a firmar la Declaración Universal de los Derechos Humanos promovida tras la IIGM porque alegaba que era una nueva imposición del colonialismo europeo. Años después, aún sin firmarla, aceptaron participar en el debate asumiendo que determinados hechos como el Holocausto no podían ser vistos de forma objetiva con guantes blancos sin mancharse de sangre.

Llegó el momento de toda la sociedad civil, no solo de las mujeres

Si algo está claro en el caso de México es que por la razón que sea y que no voy tampoco a entrar a analizar, ni el sistema judicial ni las muy numerosas y muy presentes en la vía pública fuerzas de orden público —incluyendo patrullas militares— y por ende los sucesivos gobiernos de cada estado o de la república, están siendo incapaces de acabar con esta lacra.

Una de las muchas patrullas policiales que recorren las calles de cualquier ciudad de México. Foto: ©José Carlos León

Recuerdo una de mis conferencias en Puebla (México) ante los representantes del sector de la moda, cuando alguien del público me preguntó cómo veía su país y cómo creía yo que podrían ser aún relevantes en la industria mundial. En aquél momento, México ocupaba la 13ª posición en la economía, solo un puesto por debajo de España. Lo único que pude responderle, por lo que había visto y hablado con profesionales de allí en otras ocasiones, era que yo no tenía la fórmula mágica, pero que en cuanto acabasen con la violencia y la inseguridad, el país está llamado a explotar y desarrollarse como nunca lo han imaginado y ascender en la escala de dos en dos escalones. Por creatividad, por recursos, por situación y por tantas cosas —también por capacidad de trabajo pese al mito del “ahorita”—  creo que lo único que necesitan es seguridad jurídica para que el mercado haga el resto.

Porque eso es lo que pasa en los países avanzados: si el estado garantiza las condiciones, la sociedad civil se desarrolla.

 

La revolución será con las empresas o no será

Cuando escribí El Buen Capitalista lo hice firmemente convencido del poder transformador de las empresas si se aplican a los negocios de forma responsable. Analizando los cambios socioeconómicos que se están produciendo en lo que llevamos de siglo, el libro detalla numerosos casos de estudio de marcas y empresas que han pasado a ser activistas de ese cambio.

Si la sociedad demanda cambio, las empresas, por definición, tienen que ofrecerlo. Esa es la nueva ley de la oferta y la demanda.

Y lo están haciendo. Hemos visto a Nike apoyar a Colin Kaepernick en su lucha contra el racismo en EEUU, o a la cerveza Carioca oponerse a la apología de la dictadura de Bolsonaro en Brasil. Y son muchos más los ejemplos que podríamos poner y que ahora, con ocasión del día de la mujer y la lucha feminista contra el feminicidio, parece que llega a México.

Marcas que vencen el miedo

Por primera vez, las marcas se atreven a posicionarse en una postura controvertida y muy contestada aún por grandes sectores de la población que no reconocen el problema como tal o que se oponen frontalmente al feminismo. Estas marcas se arriesgan a perder una parte de sus clientes por eso, pero saben que el mundo camina en una sola dirección ya y no pueden quedarse, literalmente, “fuera del mercado”.

Decía que el 9M va a pasar a la historia y lo digo días antes de que suceda. Convencido de que el problema no se va a solucionar al día siguiente, ni la semana siguiente, ni dentro de un año. Pero seguro de que las cosas nunca volverán a ser iguales.

Las empresas son al final el verdadero poder en una democracia capitalista, pero ese poder procede del número de clientes que tengan y de la estabilidad del país donde operan. Si alguien se beneficia de la paz son ellas. Si alguien quiere que haya seguridad, son ellas. Si alguien puede hacer algo en el día a día, son ellas.

Y esta vez, se han puesto del lado de los clientes, es decir, de la sociedad. De momento es simbólico, y muchas de ellas se equivocarán al usarlo como mera publicidad oportunista (algunas se equivocarán mucho más, como ya ocurrió en España, lanzando ofertas comerciales aprovechando el reclamo y desnaturalizando el mensaje) pero lo importante ahora es que la sociedad se mueva. Ningún cambio se produjo sin crítica y oposición.

Un Día Sin Nosotras, es un de los hashtag de la huelga feminista

Entre las empresas que están anunciando su apoyo al paro, prometiendo públicamente que no habrá consecuencias ni represalias por la huelga o incluso apoyando una especie de cierre patronal para mujeres, las hay pequeñas y medianas pero también las más significativas. Algunas tienen más fácil ser valientes, como Google.

Tuit de Google México apoyando el 9 marzo

Otras han entendido lo que es ser líderes en su país, como Palacio de Hierro,  Chedraui o Walmart

Palacio de hierro en RRSS apoyando el 9M en México
 
Chedraui apoyando la huelga del 9 marzo en México

El poderoso banco Citibanamex anunció en rueda de prensa que estudiaban cerrar la mayoría de oficinas debido al alto porcentaje de mujeres que trabajan en ella y que secundarían la huelga: “Estamos comprometidos con las mujeres, por lo que apoyamos el paro” afirmó Manuel Romo, director general. Lo mismo han dicho Santander, BBVA, Azteca, HSBC y hasta la Bolsa de Valores.

Banco Santander México apoyando la huelga del 9M

Y a la hora de terminar estas líneas, hay algo que me atrevo a vaticinar: que estas grandes marcas se sumen hará que muchas otras que se lo están pensando o que no creen del todo en ello, lo hagan también. Y eso, será el inicio de una nueva Revolución Mexicana como nadie había imaginado. ¡Viva México!