Ayer os hablábamos de los peligros que el cambio climático tiene sobre nuestra salud. Pero este fenómeno tiene una derivada todavía más terrible. La de aquellos que dan su vida por luchar contra las causas de esta alteración.

La imagen de Berta Cáceres

Desde la comodidad con la que en muchos países hablamos de la lucha contra el cambio climático es difícil imaginar que haya quien sea asesinado por este motivo. El diario británico The Guardian ha dedicado un extenso informe a las 161 personas que asesinadas este año por el mero hecho de denunciar a corporaciones o estados que siguen adelante con su actitud contaminante. Berta Cáceres, quizá una de las activistas más célebres ocupa la foto de portada del informe. Cáceres, que fue asesinada el pasado año en Honduras era una activista por los derechos de los pueblos indígenas. Esta defensa incluía la lucha por la preservación de sus entornos naturales.

Honduras, el país más peligroso

Pero ya en 2017, The Guardian desgrana cada uno de los asesinatos, como por ejemplo, los cuatro que se han producido solo en la última semana. O los ocurridos en septiembre como el de Rubén Arzaga en Filipinas o Elías Gamonal en Perú. Desde 2015, Brasil es el país que más denuncias presenta por este tipo de ejecuciones, con un total de 132 asesinatos. Muchos de estas muertes fueron producto del combate contra la tala ilegal de árboles en el Amazonas. Filipinas es el segundo país con más asesinatos de activistas medioambientales, con 75. Pero el país más peligroso del mundo es Honduras, con el ratio de asesinatos por habitante más alto de todos. ¿Quién está detrás de estos asesinatos? Esa es siempre la gran pregunta. The Guardian lanza una respuesta breve pero clara: la industria. Los intereses de económicos de corporaciones a las que si la vida humana les preocupa poco, mucho menos el medioambiente. Así, 33 de las muertes de este año están relacionadas con la denuncia de explotaciones mineras ilegales. 23 con la tala de árboles en espacios protegidos, el mismo número se relaciona con negocios agrícolas, 18 con caza furtiva y 8 se relacionan con los recursos hídricos.