Tras las sonadas palabras de Secun de la Rosa acerca de cómo era viajar en el Metro de Barcelona durante la década de los 80, siguen llegando reacciones, siendo una de las más sonadas en las últimas horas la esgrimida por Kiko Matamoros, la cual generado cierto revuelo en redes sociales.

El colaborador de televisión se ha pronunciado al respecto a través de su cuenta X -antigua Twitter- en el tono que le caracteriza: “El metro era lo más peligroso en los 80. Recuerdo a los cocodrilos campando a sus anchas por los andenes. Es necesaria una revisión urgente de aquella época. Una broma al lado del terrorismo de ETA, que parecer ser ya casi ni existió”, ha sentenciado este martes.

En otros mensajes posteriores, al hilo de la misma cuestión, Matamoros ha recalcado que, en señal de crítica, “nadie” irá a decirle “cómo fueron ni los 70, ni los 80, ni los 90”: “Intentar descalificar la Transición es el relato y la intención evidente de todos estos discursos. Los delitos de odio se siguen produciendo hoy de igual manera”, ha señalado. “En los 80, por regla general, cuando un padre o una abuela estaban agonizando, se solían dirigir a sus descendientes con la siguiente súplica: hijos, os lo pido por favor, no cojáis el metro. Dicho esto, solían expirar con aire de satisfacción", ha defendido en otro tuit secundario.

Secun de la Rosa, sobre sus vivencias en el Metro en los 80

Fue este pasado fin de semana cuando trascendieron las palabras del conocido actor español en una entrevista en Hora 25 con Aimar Bretos, en ‘La cena de los idiotés’, donde relató las experiencias que vivió viajando en transporte público en Barcelona hace cuarenta años atrás.

“Yo, por ejemplo, soy un poco Cabiria. Nunca he ido por la vida de sufrido, voy siempre con la sonrisilla y tal, pero a mí en el metro, de Llucmajor a Paseo de Gracia, me han pegado unos palizones…”, confesó en el programa de la Cadena Ser. En los mismos términos, explicó cuáles eran sus trucos para evitar estas agresiones indiscriminadas: “Tú en los 80 ibas leyendo una obra de Tenesse Wiliams o 'Romeo y Julieta' que te daba por hacer teatro, y si te veían los quinquis de Llucmajor leyendo un libro, ya simplemente por ello, ya era foco de ir a por ti”, rememoró.

Fue entonces como recordó algunas de estas escenas, cuando estos individuos incluso llegaban a asestar collejas a quienes iban leyendo en el transporte público: "Ahí estabas como, a ver si viene alguien, si no que llegue la siguiente estación y me bajo", subrayó. "Y tenías incluso que buscar una estrategia, que era como medio reírte de la agresión para ver si te salvabas. Haces como 'joder, tío, sí, estoy leyendo' y buscabas la manera de bajarte", zanjó.

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