Fernando Tejero ha realizado una entrevista este viernes en El Faro de la Cadena SER, en una conversación que ha sido de las más íntimas que ha realizado a lo largo de su vida profesional. 

A través de diferentes temas junto con Mara Torres, llegan al éxito y la fama: cuando comienza a despegar su carrera profesional. Todo comienza cuando realiza Aquí no hay quien viva y tal y como el actor cuenta entre risas: “De repente, un día no me conoce nadie y al día siguiente salgo a la calle y me conoce hasta el perro de la panadera”. 

Tras una serie de infortunios; su perro enferma, un familiar muere y termina una relación de pareja que “le destrozó”, Fernando alcanza la fama en ese preciso momento. “A mí me costaba. Yo salía a la calle y todo eran piropos, halagos y cosas bonitas. Muchas gracias por hacerme reír, muchas gracias por tu trabajo, muchas gracias porque mi padre está enfermo y le estás ayudando mucho con la enfermedad con tu profesión”, comenta. 

El actor se sincera acerca de cómo le hacían sentir este tipo de comentarios que recibía por la calle: “Luego yo subía solo a mi casa y decía ‘quién me hace reír a mí’. Es esa contradicción tan grande, no tenía a nadie aquí. Me sentía más solo que nunca y, fíjate, que bajaba a la calle y no podía ni andar”. 

La salud mental, un tema importante para el actor

A causa de las distintas dificultades por las que tuvo que pasar el actor en una determinada época, Fernando “tocó fondo”. Él mismo ha hablado abiertamente del tema, sincerándose acerca del proceso de recuperación que fue “largo y costoso”, pasando por tratamiento psicológico y psiquiátrico; además de medicarse para superar la depresión por la que estaba pasando. 

El actor comparó la enfermedad por la que estaba pasando como una “prisión” y que salió de la depresión gracias a la ayuda terapéutica. 

Además, en su momento, cuando él quiso hablar del tema, lanzó un alegato pidiendo más atención a la sanidad pública: “He pasado por una depresión muy grande y afortunadamente me puedo pagar un psicólogo. Sin embargo, hay criaturas mileuristas que por desgracia no se lo pueden permitir”.