El expolítico socialista Eduardo Madina ha participado este miércoles en la tertulia de Hoy por Hoy y se ha hablado sobre la comisión del Parlament de Catalunya sobre la Pederastia en la Iglesia y, concretamente, sobre el relato de una de las víctimas, Josep Roqueta, quien expresó que "fue violado más de 50 veces" por un cura:  "¿Qué espero de esta comisión? Que dejéis el móvil y nos escuchéis", expresó.

Sobre este hecho, se ha referido Madina en El Abierto de la Cadena SER al señalar la importancia de los relatos como el de Roqueta, ya que "pueden continuar elevando este tema a tema de conversación, que es lo que merece". Asimismo, ha defendido que "pueden contribuir a forzar el ambiente para que a la Conferencia Episcopal se le caiga la cara de vergüenza de una vez y se abra a colaborar con toda la información que tenga o pueda tener sobre todos y cada uno de los casos de violaciones que se han producido durante décadas".

El propio Madina ha continuado reflejando a través de los micrófonos de la Cadena SER que la pederastia en la Iglesia "es un asunto de enorme trascendencia, que por ser la Iglesia la institución que es, se ha mirado siempre hacia otro lado, se ha mirado con el rabillo del ojo y se ha tenido un cuidado enorme en poner las palabras adecuadas". Finalmente, ha querido dejar claro la importancia de las palabras ya que "son violaciones, son agresiones sexuales constantes y estructurales, bajo climas de miedo en muchos lugares de España y a lo largo de más de 50, 60 o 70 años".

La Iglesia pide perdón

Los obispos españoles se han ofrecido a "liderar" la lucha contra la pederastia en todos los ámbitos de la sociedad y han pedido "perdón" por ese "gran pecado".

"La Iglesia quiere liderar la lucha contra esta lacra que afecta a uno de cada cinco niños en Europa", ha afirmado el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, este lunes, durante el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria que reúne esta semana en Madrid a todos los obispos.

En todo caso, Omella ha lamentado "sin rehuir ninguna de las propias responsabilidades" de la Iglesia, "que por el momento no se aborde dicha dolorosa cuestión en su dimensión global y que se insista en analizar exclusivamente este drama en el ámbito de la Iglesia".

"La Iglesia confiesa su pecado, pero denuncia que este mismo hecho, que afecta a otros muchos sectores de la sociedad, no sea puesto en evidencia, para buscar entre todos una solución que abarque toda la extensión de este problema social", ha indicado.