Si por algo se caracteriza el actor José Sacristán es por no tener pelos en la lengua. El intérprete, fiel a su estilo, exhibe su sinceridad por doquier y no se corta a la hora de expresar sus opiniones con respecto a prácticamente cualquier tema. Inmerso en su promoción de la película 13 exorcismos, el madrileño se ha daño un baño en los medios de comunicación, desde donde ha mostrado su sentir sobre la figura de la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sobre quien deposita su confianza para “catapultar a la izquierda en condiciones”, pero también sobre la flamante primera ministra de Italia, Giorgia Meloni.

En una entrevista concedida al diario La Razón, el intérprete madrileño ha sido tajante: hay que impedir el ascenso de Vox a la cúspide institucional. De hecho, Sacristán confía en Yolanda Díaz como parapeto a la ultraderecha. Cree que tiene la habilidad de “catapultar una izquierda en condiciones” en España porque, a su juicio, la extrema derecha nace y se alimenta de los problemas subyacentes en el flanco izquierdo.

La ultraderecha es la principal amenaza para las democracias occidentales. Al menos así lo entiende el propio actor, quien se refiere al escenario italiano como paradigma a evitar. “Me asusta más la gente con nombre y apellidos que el diablo. Se sabe quién coño jode la cuestión en estos momentos. El que extorsiona, el odio, el de la mala leche, el de la bomba, el del tanque… Todos sabemos quiénes son”, desliza el madrileño, en una clara alusión a la extrema derecha.

¿Cómo se frena a la extrema derecha? Una respuesta compleja, pero Sacristán apuesta por “apelar a la ciencia” y evitar adquirir vicios de otros países orbitales, como la elección de Meloni como primera ministra de Italia, pero también de sortear el “esperpento político” en el que se ha sumido Reino Unido. Objetivos que desencadenan en la edificación de una mayoría que “evite que Vox llegue al poder”.

Con enarbolar la bandera de la ciencia exclusivamente no sirve, por lo que Sacristán también mira hacia la izquierda, a quienes piden que “espabile”. “Que no pierda el tiempo en medios días habiendo días enteros”, sugiere el actor madrileño, al tiempo que erige a Díaz como el motor que impulse a una izquierda que sestea. “Mucho de lo que está pasando en el advenimiento de estos populismos de extrema derecha tiene que ver con el despiste de la izquierda, con la capacidad que tiene de perder el tiempo en la impaciencia de los malos aprendices”, ha resuelto Sacristán.

El diablo y la guerra de Ucrania

Durante su gira por los medios de comunicación, Sacristán aprovechó para divertirse un rato en El Hormiguero. En el programa que presenta Pablo Motos en Atresmedia habló de su película y de cómo recabó la información necesaria para meterse en la piel del Padre Olmedo. Abordó sucintamente, desde el “respeto”, su lejanía con la Iglesia y sugirió que la mayoría de diagnósticos aplicados a las personas que presuntamente han padecido exorcismos “podrían identificarse perfectamente con trastornos psiquiátricos”.

Demonios aparte -cinematográficos, entiéndase-, Sacristán se mojó sobre la guerra de Ucrania. El intérprete deslizó que la respuesta a las ensoñaciones bélicas de una persona no debe transitar la senda de una mayor “belicosidad”. “No puede ser que a estas alturas de la civilización, la solución de esta Europa maravilla sea comprar tanques y armarse”, espetó el madrileño, a quien le gustaría que la ciudadanía hiciera una introspección profunda a propósito de “a quién autorizamos para que nos represente”.