El ex vicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo, ha vuelto a enarbolar su discurso racista para pronunciarse sobre el reciente asesinato de Isidro, un veterano taxista de la Comunidad de Madrid. 

El conductor estaba dando un servicio a un joven de 16 años cuando fue atacado por éste sin mediar palabra y sin que hubiera ningún conflicto previo. El joven dirigió al taxista a las Urgencias del Hospital Príncipe de Asturias, en la localidad de Alcalá de Henares, y tras 97 minutos de viaje y sin ninguna explicación, le propinó cinco puñaladas al conductor, de 62 años. Tras el ataque, Isidro se bajó del vehículo gritando: "Me ha matado, me ha matado", mientras el autor del crimen se quedó sentado en el coche como si nada hubiera pasado. La cámara interna del taxi grabó en todo momento al agresor. 

Al hacerse eco de la noticia, el dirigente de Vox ha comentado, simplemente: "Asesinado por un moro. Otro más". Sin embargo, diferentes medios que han cubierto la noticia han especificado que el agresor era de nacionalidad española, más concretamente de Burgos, y no de origen magrebí, como sugería Gallardo asumiendo su nacionalidad en un mensaje de corte racista.

 

Las críticas al ultraderechista por haber hecho esta asunción sobre el origen del atacante no se han hecho esperar.

 

 

 

 

 

Gallardo, identificado en un centro de inmigrantes

No está siendo la mejor semana del ex vicepresidente castellanoleonés. Este martes, Gallardo era identificado por la Guardia Civil junto a varios representantes de Vox tras acudir a un edificio que ACCEM tiene en Brazuelo (León) y donde la organización humanitaria atiende a inmigrantes.

Fue el propio García-Gallardo el que denunció los hechos a través de su cuenta en la red social 'X'. En un vídeo, el líder de la formación de Abascal califica de "absoluta vergüenza" lo que está sucediendo con la "inmigración ilegal" y señala al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por lo sucedido.

"Han venido tres coches de la Guardia Civil para pedirnos identificación por haber venido a un hotel pagado con dinero público en el que se alojan a 100 inmigrantes ilegales. Esto es lo que parece que el señor Marlaska quiere hacer con la seguridad en este país....a representantes públicos por pedir información de cómo se gastan millones y millones de euros los contribuyentes a fomentar el efecto de llamada y a colaborar con las mafias del tráfico ilegal de personas. Para mí una absoluta vergüenza", argumentó.

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