Año 2012, una joven brasileña de 15 años se encuentra en una fiesta familiar y decide hacerse un selfie con unas gafas puestas y compartirlo con sus amigos de Facebook. Pasado unos días, la chica se da cuenta de que su rostro está siendo compartido por miles de desconocidos en todo el mundo. 

Esta es la historia de cómo Débora llegó incluso a pensar en el suicidio por un simple selfie. Tal y como publica la 'BBC', el calvario de la joven brasileña empezó cuando su instantánea se convirtió en un meme y comenzaron a llamarla La diva de Oakley (una marca de gafas de sol). Mientras tanto, Débora se hundía cada vez más y más en su casa en Sao Paulo, Brasil. El tema le afectó tanto, que decidió aislarse del mundo, dejando la escuela y llegando a pensar en el suicidio: "No tenía fuerzas para nada. Solo lloraba y lloraba y me culpaba por haber compartido esa foto [...] No tenía motivos para vivir. Estaba deprimida por todo lo que estaba pasando. Me convertí en meme y mi vida se volvió una pesadilla", señalaba al citado medio inglés.

Sin embargo, con el paso del tiempo el ciberbullying terminó y su imagen fue desapareciendo de las redes. "Poco a poco, el meme fue perdiendo gracia para las personas y dejaron de compartirlo. Entonces fue cuando comencé a vivir mi vida de manera normal", reconocía Débora, que incluso, pese a haber dejado las clases durante un tiempo, llegó a terminar sus estudios secundarios.

Siete años después del selfie, las redes sociales han vuelto a usar su imagen. No obstante, Débora ahora tiene un hijo de tres años y quiere que esta nueva oleada de memes no le afecte igual, por lo que ha anunciado que denunciará a todos los que utilicen su foto. "Me di cuenta que yo no era el problema. No voy a aceptar que vuelvan a hacer todo es que hicieron conmigo hace siente años", zanjaba.