Desde los micrófonos del programa ‘Hoy por hoy’ de Cadena Ser, el actor Fran Perea ha rememorado las veces que se ha significado públicamente en términos políticos, situando así un ejemplo sobre el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a quien apoyó y le costó una campaña de críticas negativas.

De esta manera, el actor reconocido por su papel en ‘Los Serrano’ ha relatado este jueves lo que le pasó en 2008 al apoyar públicamente la campaña electoral del líder socialista.

“Pensaba entonces que vivíamos en un país donde tú podías dar tu opinión sin que eso significase que alguien te hiciera la cruz, sobre todo cuando es una opinión democrática y argumentada en un momento dado. Pero no era así”, ha comenzado señalando.

Las consecuencias de la publicación de ‘El Mundo’

Pese a reconocer que “hubo ayuntamientos” que querían contratarlo “porque había apoyado a Zapatero”, no todo el espectro mediático se dirigió en la misma dirección. De esta manera, ha señalado que el periódico ‘El Mundo’ publicase “artículos muy locos” contra la familia del actor.

En este sentido, ha recordado que su padre, en aquella época, trabajaba en la delegación de Educación en Málaga, además de encargarse de una ONG sobre educación y cultura; mientras, su madre era consejera de Bienestar Social del PSOE en el Gobierno de Andalucía de Manuel Chaves.

En estas informaciones periodísticas, el medio citado recogió que los padres de Perea “eran funcionarios porque habían apoyado a Chaves y tenían empresas que no tenían”. Ahora, casi dos décadas más tarde, ha relatado qué consecuencias tuvo esta exposición mediática para su círculo interno: “Empezaron a sacar mucha mierda y eso les costó el trabajo a mis padres. Los echaron. Fue terrorífico”, ha lamentado.

 

Las razones de Fran Perea

Debido a estas consecuencias que aún mantiene vivas en su recuerdo, Perea, en su relato a la periodista Àngels Barceló en Cadena Ser, ha justificado dar desde entonces “poco” su opinión públicamente “porque la gente que va a recibirla” no lo conoce.

“Entonces, mi opinión me la guardo para la gente que me conoce, que me quiere y que sabe que voy a opinar una cosa por determinada razón y con la que puedo dialogar. Hay gente con la que no se puede dialogar”, ha terminado ahondando.

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