El juez Juan Carlos Peinado, instructor de la causa que afecta a Begoña Gómez, no disimula un mínimo las pretensiones que esconden su persecución a la mujer de Pedro Sánchez y, mientras las acusaciones ultras (Hazte Oír, Manos Limpias o Vox) se frotan las manos, cada vez más juristas y magistrados coinciden en señalar como “prospectivo” el proceso. Es decir, que pese a no existir pruebas o hechos delictivos que la justifiquen, el polémico juez sigue adelante, intercambiando y sumando sobre la marcha supuestos investigados, rebuscando un delito que le permita emitir la sentencia condenatoria que persigue.

Este proceder de Peinado vuelve a estar de actualidad después de que la esposa del presidente del Gobierno declarase este miércoles, tras conocerse que el instructor ha solicitado a la Universidad Complutense de Madrid (UCM) todos los correos de Gómez de los últimos siete años, sin especificar razón ni delimitar cuáles podrían ser de interés. Algunos magistrados, como Ramiro García de Dios, se han mostrado sorprendidos ante las “hipótesis preconcebidas” que el juez pretende justificar “a toda costa” con la “técnica de retorcer el derecho”. Otro reconocido profesional, Baltasar Garzón, se ha sumado al análisis y ha explicado por qué es prospectiva esta investigación.

Somete a la investigada a una causa general

“Se ha ido cambiando el objeto del proceso de forma reiterada y se ha convertido en una causa general que se está investigando más por afectar a la mujer del presidente del Gobierno que por los hechos, que se va comprobando como van cayendo como fichas de dominó y se abre otra vía y se vuelve a cerrar”, ha denunciado el juez en una entrevista concedida a Mañaneros 360, de Televisión Española (TVE). Gómez comparecía este miércoles por su presunto delito de malversación, el cuarto que le imputa Peinado y que había sido descartado por el propio juez en una sentencia, hace tan solo tres meses.

No obstante, no se queda ahí la cosa. “Peticiones como la de que se suministren o faciliten a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil los correos electrónicos desde 2018 a la actualidad es una barbaridad porque se somete a la investigada a una causa general”, ha expuesto Garzón. “Si tienes elementos”, ha continuado basándose en su dilatada experiencia, “tienes que concretar mucho más qué es lo que quieres y por qué lo pides, no hacer una generalidad que, además, permitiría el acceso a información que no tiene por qué estar en manos ni siquiera del juez”.

Va cambiado el objeto de la investigación y abriendo vías

“Es una autentica expedición de pesca para ver si se encuentra algo partiendo de hipótesis preconcebidas que tiene el juez Peinado y que trata de justificar a toda costa, encontrando, y sobre todo, utilizando la técnica de retorcer el derecho y la arbitrariedad del poder público de un juez de instrucción”, añadía el juez García de Dios, también en Mañaneros 360. Un ejemplo claro de “arbitrariedad” que, como no podía ser de otra manera, “está prohibida por la Constitución y sobre todo por la falta de motivación de gran parte de sus resoluciones”.

Una larga lista de razones apunta a que esta “es una investigación prospectiva”, ha concluido con contundencia el magistrado Garzón, apoyándose en el proceder evidentemente viciado de Peinado, al que más de un Tribunal de rango superior ya le ha tenido que dar un tirón de orejas. Sin embargo, la inexistencia de pruebas o delito que juzgar ni siquiera parece importante en un caso que, cada vez de forma más clara, parece estar alargándose única y exclusivamente para dañar al presidente del Gobierno y ofrecer gasolina a una derecha, con la que Peinado tiene mucha y muy buena relación históricamente, echada al monte.

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