Madrid acogía este fin de semana la 31ª edición de los Premios Forqué, gala en la que la industria audiovisual española volvió a mirarse al espejo. Movistar Plus+ se alzó a lo más alto gracias a las dos categorías principales, la de mejor Serie de Ficción y la de Mejor Largometraje de Ficción, que fueron a parar a Anatomía de un instante y Los Domingos, respectivamente. Cabe recordar que estos galardones señalan normalmente el camino a los Goya, siendo su antesala, por lo que la película de Alauda Ruiz de Azúa se erige como la favorita a batir.
Escrita y dirigida por Alauda Ruiz de Azúa, Los Domingos se coronó como Mejor Largometraje de Ficción, convirtiéndose además en el único título de la noche capaz de sumar más de un premio. A este reconocimiento se añadió el de Mejor Interpretación Femenina para Patricia López Arnaiz, que vuelve a confirmar su idilio con los Forqué tras alzarse ya con este mismo galardón en 2021 por Ane. La producción propone un relato incómodo y profundamente humano sobre la decisión de una joven de ingresar en un convento de clausura y la sacudida emocional que provoca en su familia, un punto de partida que Ruiz de Azúa defendió como una invitación a pensar. “Es una película que respeta al espectador como un adulto capaz de sacar sus propias conclusiones”, afirmó la cineasta, reivindicando el pensamiento crítico como una forma de resistencia en tiempos de respuestas simples.
López Arnaiz, por su parte, aprovechó su discurso para subrayar el carácter colectivo del trabajo actoral y el valor de una directora que “pone luz en las relaciones y los vínculos, en ese misterio que nos importa tanto a todos”. Un reconocimiento que refuerza la trayectoria de una intérprete que se ha convertido en una de las presencias más sólidas y coherentes del cine español reciente.
En el terreno televisivo, el premio a Mejor Serie de Ficción fue para Anatomía de un instante, la ambiciosa adaptación de la novela de Javier Cercas sobre el 23F creada por Rafael Cobos, Fran Araújo y Alberto Rodríguez para Movistar Plus+. La serie se impuso como una de las grandes apuestas del año, no solo por su factura técnica y su reparto -con nombres como Álvaro Morte, Eduard Fernández o Manolo Solo-, sino por su voluntad de dialogar con la memoria democrática. El productor José Manuel Lorenzo dedicó el galardón a los jóvenes, subrayando la importancia de entender “lo difícil que ha sido conseguir las libertades que hoy tenemos y lo necesario que es luchar por mantenerlas”.
Las categorías interpretativas completaron un palmarés marcado por la madurez y la sensibilidad. José Ramón Soroiz se llevó el Forqué a Mejor Interpretación Masculina en Largometrajes por Maspalomas, un papel delicado y alejado de cualquier estridencia, en el que encarna a un hombre mayor que se enfrenta a los tabúes que aún rodean a la homosexualidad en la tercera edad. El actor agradeció a José Mari Goenaga y Aitor Arregi la confianza y destacó el cuidado del equipo para dar vida a un personaje “al que ha sido muy fácil querer”.
En series, Javier Cámara sumó su tercer Forqué gracias a Yakarta, donde interpreta a un exdeportista fracasado que busca redención entrenando a una joven promesa del bádminton. Fiel a su estilo, el actor dedicó el premio “a todos los perdedores, a los fracasados”, reivindicando desde el humor y la ternura a esos personajes que rara vez ocupan el centro del relato. El reconocimiento femenino fue para Esperanza Pedreño por la segunda temporada de Poquita Fe, una comedia que ha sabido convertir la rutina y el desencanto cotidiano en materia prima para la risa incómoda y el retrato generacional.
Además, Flores para Antonio, película original Movistar Plus+ que recorre la vida y la obra del músico y compositor Antonio Flores de la mano de su hija, la actriz Alba Flores, se llevó el galardón a Mejor Largometraje Documental.
La gala, conducida por Cayetana Guillén Cuervo y Daniel Guzmán con la ayuda virtual de TIA, la IA de los Forqué, combinó celebración y memoria, con un emotivo recuerdo al recientemente fallecido Héctor Alterio y la entrega de la Medalla de Oro de EGEDA a la productora Emma Lustres. Música, homenajes y discursos que, sin grandes sobresaltos, confirmaron que el audiovisual español atraviesa un momento creativo fértil, capaz de mirar al pasado, cuestionar el presente y seguir apostando por historias que confían en la inteligencia del espectador.
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