Todo es mentira se vestía de luto este jueves tras conocerse que uno de sus colaboradores esporádicos, José Luis Ábalos, ingresaba en prisión tras la petición de la Fiscalía Anticorrupción. Así, Risto Mejide y los suyos iniciaban una irónica campaña.

“Siempre se van los mejores colaboradores”, tiraban de ironía desde el programa de Mediaset España. Risto Mejide daba paso a un vídeo "in memoriam" del exsecretario de Organización del PSOE no sin antes pronunciar las siguientes palabras: “Estamos todos de negro. Sí, amigos. Por el tiempo que pasó con nosotros en este plató, que todavía puedo olerlo, hemos decidido hacerle un homenaje a Don José Luis Ábalos Meco recordando sus mejores momentos en este nuestro progama”.

De regreso a plató, Miguel Ángel Martín apostaba por el mismo tono de sorna y seguraba que "es muy difícil hacerse a la idea de que no va a volver más": "No hay derecho. Siempre se van los mejores colaboradores”. Mejide retomaba la palabra y adelantaba la 'campaña' que iba a poner en marcha el formato de Cuatro: “Quiero pensar que desde nuestro humilde programa podemos hacer algo por un tipo que, haya hecho lo que haya hecho, que sí, que es verdad, que puede ser, y que seguramente al final tendrá todo un sentido, nos cae bien...”.

El publicista compartía entonces el plan con la audiencia: "Desde aquí queremos intentarlo, aunque ya sabemos que no tenemos ninguna posibilidad. Pero vamos a poner en marcha a nivel mediático, simplemente para nosotros, para nuestra gente, nuestra peñita, vamos a poner en marcha este hashtag: #FreeJoséLuis”.

“El primer hashtag de la historia que no va a ser trending topic, que nadie espere eso. Es simplemente de apoyo, de consuelo, de recuerdo, de José Luis estamos contigo en los peores momentos que son ahora. Ahora es cuando deben aparecer los amigos. Hasta ahí llega nuestra colaboración con José Luis Ábalos”, decía entre risas.

Ábalos y Koldo ingresan en prisión

José Luis Ábalos y Koldo García han vivido en las últimas horas el giro judicial más duro desde que estalló la llamada trama de las mascarillas. Ambos ingresaron este jueves en prisión provisional, comunicada y sin fianza, por orden del Tribunal Supremo, que considera que existe un “riesgo extremo” de fuga con la vista oral a la vuelta de la esquina. El exministro de Transportes y diputado en activo, y su antiguo asesor, fueron trasladados por la Guardia Civil a la cárcel madrileña de Soto del Real pasadas las seis de la tarde, después de comparecer ante el juez instructor Leopoldo Puente, que les comunicó la decisión.

El auto, que ha caído como un terremoto en el panorama político, señala que la fase del procedimiento -a punto de iniciar juicio- y la gravedad de las penas solicitadas justifican la medida. No son cifras menores: la Fiscalía Anticorrupción pide hasta 24 años de cárcel para Ábalos y cerca de 20 para Koldo, mientras que la acusación popular eleva la apuesta hasta los 30 años para cada uno. Se les atribuyen delitos como pertenencia a organización criminal, cohecho, tráfico de influencias, malversación y uso de información privilegiada en la adjudicación de contratos públicos de material sanitario durante la pandemia.

Hasta ahora, ambos habían logrado esquivar la prisión con medidas cautelares menos intensas, como la retirada de pasaporte, comparecencias periódicas, prohibición de salir del país, pero el Supremo entiende que ese equilibrio ya no es suficiente. El tribunal subraya que el avance del proceso, la proximidad del juicio y la posibilidad real de una condena muy elevada incrementan el incentivo para fugarse. La defensa de Ábalos intentó apoyarse en su condición de diputado y su “arraigo evidente”, pero el argumento se desmoronó ante la contundencia del auto.

El ingreso en prisión de un parlamentario en activo ha provocado un auténtico temblor político. Las reacciones no se han hecho esperar: mientras desde sectores del Gobierno se insiste en el respeto absoluto a la independencia judicial, voces en el Congreso advierten del impacto que puede tener la situación de Ábalos en la aritmética parlamentaria. Su grupo deberá decidir ahora si le invita a entregar el acta o si opta por mantenerlo hasta que haya sentencia. 

En paralelo, la estrategia de las defensas empieza a perfilarse. Consideran desproporcionado enviar a prisión a sus representados antes de ser juzgados y señalan que la medida vulnera la representación democrática que ostenta Ábalos como diputado electo. Tampoco se descarta que, en respuesta a esta presión judicial, los acusados opten por nuevas líneas de colaboración o cambios de estrategia procesal.

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