Amanece Barcelona algo mojada, pero con un sol que lucha ya por coger su sitio y saludar al mundo. Al menos tengamos a nuestros invitados contentos, que con la huelga de metro ya tienen suficiente.

Y nos acumulamos en la parada de autobús. Pasan 10 y 15 minutos. Incluso 20. Observo la cara de los jóvenes que se van acumulando, todos con sus acreditaciones, acicalados con vaqueros, tacones, sudaderas, americanas….todo vale. Sonríen. Les da igual esperar. Ha empezado el buen rollo del 4YFN.

Porque eso es lo que se respira durante toda la jornada. Ilusión, optimismo, juventud y muchas ganas. Más de 12.000 asistentes y alrededor de 500 inversores internacionales buscando cómo llevar a cabo nuevas oportunidades de negocio tecnológico. Un sinfín de charlas aspiracionales de los “mejores”, workshops para concretar ideas, encuentros fugaces entre prensa y emprendedores.

El tema de este lunes es Disrupted by Mobile, le seguirán Internet of Things y Digital Media en los próximos dos días. Y eso es lo que nos ha quedado claro a lo largo de la jornada, que el mundo está cambiando a golpe de móvil. Que ese aparato que llegó para que habláramos moviéndonos y dónde fuera ha transformado la sociedad.

Que se lo digan a Wallapop, Airbnb y Drivy, a quienes hemos oído contarnos cómo la economía colaborativa ha alcanzado su explosión gracias a la geolocalización permitida por el móvil. Aunque David Sable, CEO y fundador de Y&R, nos ha recordado el punto esencial: lo primero, la persona. Si olvidamos eso, no hay éxito.

Junto con emprendedores, empresas como Telefónica Open Future, Google, Banco Sabadell. Organizaciones que apuestan por esas iniciativas que, lucro al margen, buscan mejorar nuestro entorno.

El día ha acabado con una sala a reventar viendo a Mark Zuckerberg hablando en streaming. El gurú, sudado y un poco desconcentrado por los problemas con el audio, ha estado jovial y con dos mensajes muy claros: Facebook quiere conseguir internet para todos y el vídeo no es el presente, sino el futuro.

Ustedes mismos. Nosotros nos hemos despedido viendo a un chaval saltar sobre una cuerda. Equilibristas sin miedo. Suerte emprendedores!!