Antonio González-Adalid, es neuropsicólogo y durante más de 12 años ha estado dedicado a colectivos vulnerables, sobre todo mayores, personas con trastorno mental o con discapacidad intelectual. Ahora, es el CEO de COTI, una startup que busca facilitar la manera en que las personas mayores se relacionan con el mundo digital. El proyecto, es uno de los finalistas de los premios MAPFRE a la innovación social, como los dos que ya te presentamos la semana pasada.

COTI facilita la manera en que las personas mayores se relacionan con el mundo digital

Hemos hablado con él para que nos cuente su experiencia como emprendedor y, de paso, recoger algún consejo para quienes se estén planteando la posibilidad de lanzarse a la aventura.

La idea surge para evitar el aislamiento de una persona mayor durante la pandemia

Ayudar

En su caso, el emprendimiento nace del deseo de ayudar. Durante la pandemia, ve cómo su vecina Encarna, a la que estaba haciendo terapia hasta ese momento, se aísla cada vez más, ante la imposibilidad de que la visiten su familia y él mismo.

“Tenía un móvil antiguo, analógico, pero yo sabía que tenía habilidades cognitivas par usar algo más sofisticado. De ahí surge la idea de crear una aplicación que ella supiera usar”, relata.

Su solución, COTI, permite a las personas mayores crear una red cerrada y segura en la que poder compartir contenido y relacionarse con sus familiares y profesionales de la salud de forma sencilla y sin preocupaciones.

La aplicación también cuenta con un algoritmo, basado en aprendizaje de máquinas, que identifica cambios en los patrones de uso y avisa a los familiares o profesionales de referencia.

Cambiar

Ese afán por ayudar a los demás, le viene casi de toda la vida: “He hecho muchos voluntariados en Varsovia, en la India, en Bolivia… Y he estudiado siempre cosas que me permitían ampliar mi conciencia y ayudar a la gente. Es mi responsabilidad: he tenido una buena vida, una buena familia, buenos amigos, buenas oportunidades… quiero dar algo”.

Y marca su forma de entender el emprendimiento: “Poder crear algo que realmente ayude a la gente y que la gente lo pague y cree conciencia e impacto social, es el reto de las personas que realmente estamos queriendo cambiar sistémicamente nuestra sociedad, hacia algo más consciente, comunitario y más social”.

Viabilidad económica

Pero también es consciente de que “si no creas un proyecto viable económicamente, si no lo haces crecer, si no consigues que la gente pague por ello, mueres. Haces pequeñas acciones, pero nunca consigues tener un impacto social potente. Ves grandes empresas que se dedican al consumo compulsivo y están creciendo como monstruos. Eso afecta mucho a la conciencia de la gente”.

Por eso, es preciso buscar el equilibrio entre el impacto social y la viabilidad económica: “Hay que crear un modelo de negocio, aunque la idea sea bonita, aunque quieras hacer algo que ayude, tienes que conseguir que la gente pague por ello”.  

Emprender en España

Emprender en España es muy complicado”, explica. “Empiezas a entrar en ese mundo en el que no solo chocas con la Administración Pública, sino también con su extensión: gestores, contables, fiscales, todo tipo de abogados…. Te das cuenta de que necesitas el amparo de su conocimiento, pero al mismo tiempo, te descapitalizas. Son cuestiones que a priori no te planteas o no entiendes bien”.

Aun así, no hay que perder la esperanza: “Pero es factible. Si tienes ganas, no hace falta ser Einstein. Te paras, con paciencia, te lo estudias, te haces un poquito de colchoncito y lo haces”.

De hecho, su consejo es que “si ahora mismo tienes el tiempo y los recursos y tienes ganas de crear por y para ti, que digas necesito expresar esto, creo que hay un problema en la sociedad que no se está resolviendo bien, que es doloroso y que tiene un futuro porque visualizo que la gente puede llegar a pagar por ello: ¡lánzate!”.

Y recomienda no tener miedo al fracaso, “porque, si realmente crees que tienes la capacidad de emprender, eres empleable, encontrarás un empleo. Y mirar atrás y pensar tendría que haber emprendido…. Lánzate, porque te vas a morir y te vas a quedar con las ganas”.

Innovar

Un aspecto importante es, por supuesto, la innovación. En su caso, viene de una manera diferente de entender el problema y la solución: “En el sector sociosanitario se buscan maneras de monitorizar a veces un poco invasivas. Sobre todo los hijos, se sienten culpables de dejar solas a las personas mayores y les ponen cámaras hasta en la nevera y una pulsera que te dice el ritmo cardiaco. Y eso es un agobio, porque nadie quiere algo que te recuerde que eres viejo y te vas a morir. Quieres estar en las redes”.

“Yo nunca había estado en las redes”, reconoce. “Me he abierto Instagram hace un mes y no entiendo nada. WhatsApp, que es relativamente intuitivo, no acaba de ser accesible para la gente que ve poquito o que no está muy educada digitalmente. Y no tienes una excusa para contactar. Eso es lo que buscamos con COTI, que haya excusas para hablar y que sea una red cerrada y segura”.

Para garantizarlo, “la persona mayor tiene un código de invitación que tiene que dar en persona o por teléfono a la persona que quiere invitar. Esta se descarga COTI, introduce el código y la persona mayor recibe una invitación que acepta o no. Es un proceso para asegurar que la persona tiene el control y no le puede escribir cualquiera. Habla la familia y algún amigo, pero la idea no es tener 3.000 seguidores”.

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