Ir cumpliendo años no significa que tu carrera profesional tenga que terminar. Todavía puedes aportar mucho. O, por lo menos, eso es lo que piensa Valentina Wyman, jefa de Desarrollo de negocios de la empresa chilena OTEC Circular Pro.

Ella es la cocreadora del proyecto Train the Trainers, con el que pretende dar respuesta a dos problemas clave de su país [y de muchos otros]: el envejecimiento de la población y la falta de conexión entre los nuevos emprendedores y la industria minera, que es la que mueve la economía de Chile.

El objetivo es poner en contacto al emprendimiento con la experiencia

Wyman está en Madrid como finalista de los premios Fundación MAPFRE a la Innovación Social, que se entregaron ayer. Hemos hablado con ella para que nos cuente de primera mano en qué consiste esta idea de poner en contacto al talento con más experiencia y los emprendedores.

Los emprendedores mineros tienen mucho conocimiento de algún tipo de tecnología, pero no de la industria

Aprovechar el talento

“Buscamos disponibilizar el conocimiento de personas que llevan mucho tiempo en la minería, 30 o 40 años, para los emprendedores que están desarrollando soluciones para la industria minera”, explica.

“Lo que vemos es que los emprendedores mineros tienen mucho conocimiento de algún tipo de tecnología, pero no de la industria minera. Primero, tardan mucho en incorporarse a la industria, porque es muy tradicional y tiene barreras sociales y de seguridad, y tardan mucho en recibir feedback sobre sus tecnologías”.

Un lustro de espera

Según explica, se puede llegar a tardar 4 o 5 años en probar las soluciones en una mina. Después de ese tiempo, se dan cuenta del error: “Estuvieron dedicando esfuerzo y recursos a algo que no se ajustaba a la operación en sí”.

Por eso, la solución es ponerlos en contacto con “personas que están a punto de jubilarse y que tienen un conocimiento que solo te lo da la experiencia. Es muy valioso para gente que quiere innovar en el sector”.

La idea

Wyman conoce bien la situación, porque su padre lleva toda la vida en la industria minera. Según nos explica, la propia idiosincrasia de la actividad, con un trabajo en un lugar aislado y con horarios diferentes a los del resto de la población, provoca que las personas no creen redes de contacto.

Por eso, “la gente tiene miedo a jubilarse. No saben qué hacer, porque llevan 40 años haciendo lo mismo y no tienen herramientas para reciclarse”. El ejemplo de su padre le sirvió de referencia para “crear un proyecto integral para resolver esta problemática y este desafío”.

Hace más de tres años, ya comenzaron a trabajar en este sentido de forma informal. También lo han desarrollado intra-empresa, es decir, empleados con mucha experiencia que forman a las nuevas incorporaciones.

Más participación

“También queremos que la gente mayor de 50 años participe en el emprendimiento. La tasa de participación es muy baja, porque ¿cómo van alguien a prestar plata a una persona de esa edad?, es muy riesgoso”, dice.

Pero el modelo que proponen facilita que “se incorporen a la empresa después de ser consultores, con un contrato a tiempo parcial o se puede convertir en parte de la directiva, porque tiene una visión más estratégica y más completa de la industria. O también puede ser inversor”.

Coordinar

Wyman asegura que “lo más difícil ha sido coordinar a los actores, a personas distintas con intereses diferentes”. Sin embargo, no cree que el hecho de ser mujer haya tenido un impacto negativo: “Llevo muchos años trabajando en la industria minera. Quizás antes chocaba más ser mujer en una industria muy masculinizada, pero lleva varios años evolucionando y en el área de gestión somos más. También estudié ingeniería, llevo mucho tiempo tratando con muchos hombres”, dice entre risas.

Según cuenta, ha hecho realidad las palabras que decía a su padre cuando lo llamaban los más jóvenes a pedirle consejo: “Pero cobra, papá, cobra” [vuelve a reír].

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