En España, las franquicias se han convertido en una de las formas más populares de iniciar un negocio. Según la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), hay más de 1.300 redes de ellas en nuestro país, que emplean a más de 285.000 personas y generan un volumen de negocio de más de 30.000 millones de euros.

Carlos Terrazas, abogado de Jurisfranquicia y experto en este tipo de proyectos, resalta su importancia en el sistema económico: “vienen contribuyendo, desde hace ya bastantes años, a la creación de pequeñas empresas, que son tan importantes en el tejido empresarial de nuestro país”. Hemos hablado con él para que nos explique lo que tienes que saber si estás pensando en franquiciar.

Las franquicias mejoran la capacidad de competir en el mercado

Ventajas de las franquicias

Entre las ventajas para quienes deciden optar por este modelo, destaca que “ven mejorar sustancialmente su capacidad de competir en el mercado de la mano de marcas de reconocido prestigio y del know how que les es transmitido por sus franquiciadoras”.

La situación del mercado laboral en nuestro país en los últimos años ha supuesto otro impulso a esta forma de emprendimiento: “Representa también una buena oportunidad para personas sin experiencia empresarial previa, pero con una extensa vida laboral que -por decisión propia o como resultado de la crisis empresarial que la pandemia ha motivado- ven finalizada su relación laboral y prefieren -o se ven forzados a ello- iniciar una actividad a título propio”, señala Terrazas.

Unas ventajas que se mantienen en coyunturas complicadas: “La franquicia ha demostrado una considerable capacidad de crecimiento y de resistencia, incluso en momentos convulsos desde un punto de vista económico como el motivado por la pandemia, en el que su supervivencia ha sido superior a la de comercios tradicionales”.

Hay que valorar si la franquicia se ajusta a nuestra capacidad de inversión

Riesgos de las franquicias

Pero no todo es positivo. Terrazas advierte de que “la actividad empresarial (incluida la desarrollada como franquiciado) conlleva un riesgo. Ese riesgo puede ser menor bajo el paraguas de una franquicia (como franquiciado llueve menos, si se me permite la expresión), pero existen algunos factores que cualquier persona debe plantearse -con absoluta franqueza- ante una decisión importante como la de invertir su patrimonio, su esfuerzo y sus ilusiones en una aventura que, en ocasiones, va más allá de ser simplemente una actividad empresarial y se convierte en una decisión que determina -literalmente- la forma de ganarse la vida”.

Por eso, recomienda, en primer lugar, “valorar si el modelo de negocio en el que estamos interesados como potenciales franquiciados se ajusta a nuestra capacidad de inversión. Si los resultados obtenidos por esa red de franquicias nos permiten confiar en que -en nuestro caso concreto- se repetirá el éxito obtenido por otros franquiciados”.

El canon inicial y los royalties de funcionamiento y publicidad son gastos que hay que tener en cuenta

Desventajas de franquiciar

Y, por supuesto, “valorar las desventajas que -a priori- supone la pertenencia a una red franquiciada, porque frente a los atractivos que ofrece y que son generalmente reconocibles, existen también elementos que son propios de este tipo de relación y que -algunos de ellos- condicionan la capacidad de decisión de un franquiciado sobre su propio negocio”.

El primero de esos inconvenientes es “tener que soportar unos costes adicionales que no encontraríamos en caso de apertura de un comercio independiente”. Terrazas destaca el pago del canon inicial y de royalties de funcionamiento y publicidad.

Pero, más allá de todo eso, esta modalidad de colaboración empresarial “limita -cuando no elimina- la posibilidad de que el franquiciado aplique en la operación de su propio negocios criterios distintos de los predefinidos por el franquiciador”.

La base del modelo de franquicias es que la oferta de todos los establecimientos sea idéntica, “entendiendo como oferta no únicamente el producto o servicio que se vende en la red, sino las pautas operativas y procedimientos a utilizar en todos los establecimientos para la preparación de los productos o la prestación de los servicios comercializados en esa red. Garantizar eso sin limitar la posibilidad de que un franquiciado aplique procedimientos distintos de los establecidos por el franquiciador es -simplemente- inviable”, afirma Terrazas.

Modelo

Las franquicias son un modelo de negocio en el que una empresa (la franquiciadora) otorga a otra (el franquiciado) el derecho a utilizar su marca, productos y servicios, así como su know how y apoyo continuo, a cambio de una inversión inicial y un porcentaje de las ventas. De esta manera, el franquiciado obtiene una oportunidad de negocio probada y una marca ya establecida, mientras que la franquiciadora expande su presencia en el mercado.

Este modelo puede encontrarse en una amplia variedad de sectores, como la alimentación, la moda, la belleza, la automoción, la hostelería o los servicios. En algunos casos, se trata de marcas internacionales que llegan a España, mientras que en otros son empresas de nuestro país que buscan expandirse en el territorio nacional.

El sector de la alimentación es uno de los más activos en términos de franquicias en España. Marcas como McDonald's, Burger King, KFC o Subway tienen una presencia importante en el país, así como cadenas españolas como Telepizza, 100 Montaditos o Pans & Company. En él, los principales retos son mantener la calidad y la homogeneidad de los productos y servicios en todos los establecimientos, así como la gestión de los costes de los inmuebles y la competencia de otras marcas.

En el sector de la moda, también son muy populares. Marcas internacionales como Mango o H&M cuentan con numerosas franquicias en España, mientras que algunas marcas españolas como Zara, Springfield o Tous también han optado por este modelo de negocio. En este caso, los principales desafíos son mantener la coherencia de la imagen de marca en todas las tiendas y adaptarse a las tendencias y gustos locales.

Otro sector que ha experimentado un gran crecimiento en España es el de la estética y la belleza. Cadenas como BodyBrite, Jean Louis David o Peluquerías Low Cost se han expandido por todo el país. La clave de su éxito es la calidad de los servicios y productos ofrecidos y la garantía de un precio accesible.