El famoso apagón de este año en España y Portugal “ha subrayado el reto que puede suponer la transformación de generación de energía, incluso en las geografías líderes”, afirma el Foro Económico Mundial [WEF por sus siglas en inglés] en su recién publicado Índice de transición energética.

España se sitúa en el grupo de cabeza, aunque a cierta distancia de los líderes

Esta institución acaba de publicar una lista con los países mejor preparados para llevar a cabo esta transición. Hoy, te cuento qué mide este índice y por qué España se sitúa en el grupo de cabeza, aunque a cierta distancia de los que la encabezan. 

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Los países nórdicos copan las 4 primeras posiciones de la lista

Los líderes de la transición energética

Aunque los países nórdicos copan, una vez más, las 4 primeras posiciones de la lista de los más preparados, entre 20 las primeras posiciones hay alguna que otra sorpresa, que pone de manifiesto que muchos estados se están tomando en serio la tarea de no depender de los combustibles fósiles.

La gran novedad es Lituania, que ocupa la posición número 7. Por encima, nada nuevo: Suecia, Finlandia, Dinamarca y Noruega copan los 4 primeros puestos y Suiza, Países Bajos y Alemania completan la lista de los 10 más adelantados, que cierra Portugal.

España, entre los 20 primeros

España consigue una puntuación de 66,6 en el índice, dos puntos porcentuales por debajo de Portugal [68,6] y casi 11 de Suecia [77,5, el país más avanzado]. 

A pesar del apagón, España y Portugal se mantienen en el grupo de los 20 primeros. Eso sí, nuestro país está en la posición 18 y nuestros vecinos en la 10, así que está claro que nos llevan algo de ventaja.

El índice

El índice de transición energética realiza una comparativa entre los sistemas energéticos de los países. Mide su rendimiento [sostenibilidad, seguridad e igualdad] y preparación para esa transición [capacitadores del progreso en el futuro, incluidas las infraestructuras, políticas y capital]. La escala va de 1 a 100.

Entre los factores analizados, se encuentran la regulación y el compromiso político, las infraestructuras, la educación y el capital humano, la innovación y las inversiones y finanzas. En total, se miden 43 indicadores que reflejan los 3 aspectos clave que te contaba en el párrafo anterior.

El WEF advierte de la importancia de este cambio en el modelo energético para luchar contra el cambio climático. Especialmente, si tenemos en cuenta que -según los datos de la propia organización- el pasado mes de abril fue el segundo más cálido a nivel mundial, según los registros históricos. Y las temperaturas de 2024 se situaron “consistentemente” a 1,58 grados centígrados por encima de los niveles pre industriales y del objetivo de 1,5 grados marcados por los acuerdos de París para 2050.

Puesto País Puntuación ETI 2025 Cambio desde 2016 (%)
1 Suecia 77.5 9.7
2 Finlandia 71.8 2.0
3 Dinamarca 71.6 -0.4
4 Noruega 71.5 4.2
5 Suiza 71.0 5.8
6 Austria 70.6 3.5
7 Letonia 69.4 11.4
8 Países Bajos 69.2 5.9
9 Alemania 68.8 3.9
10 Portugal 68.6 10.1
11 Estonia 68.0 13.7
12 China 67.5 13.5
13 Islandia 67.3 5.8
14 Francia 67.1 3.2
15 Brasil 67.0 8.2
16 Reino Unido 66.8 -1.3
17 Estados Unidos 66.8 5.3
18 España 66.6 8.5
19 Lituania 66.6 16.4
20 Israel 66.1 11.2

 

Luces y sombras

Aproximadamente 2 tercios de los países analizados han mejorado sus registros. “Sin embargo, la energía limpia solo tiene una cuota del 14,8%, a mucha distancia de lo que se necesita para alcanzar las cero emisiones netas en 2050”, advierte el informe.

Además, “la transición energética se ha visto ralentizada por un telón de fondo de tensiones geopolíticas, disrupción en la cadena de suministro, volatilidad económica y ascenso de los costes”.

Estos factores han supuesto que “la meta de la sostenibilidad energética ya no sea algo aislado, sino que debe ser mantenida en equilibrio con la necesidad de seguridad y el acceso igualitario y asequible”.

Inversión

El documento advierte también de la ralentización de las inversiones en energías limpias, que se superaban los 2.000 billones de dólares en 2024 [más del doble de 2020] y este año crecen solo un 0,2%.

Las causas, según el WEF, están relacionadas con la mejora de las condiciones en las inversiones a corto plazo, la alta inflación y “niveles de deuda soberana sin precedentes”. Todo ello ha hecho que las inversiones a largo plazo sean poco atractivas, en especial en los mercados emergentes, que han registrado los progresos más lentos en la transición.

Por tanto, la institución recomiendo adoptar “marcos de regulación estables, que atraigan al capital a largo plazo y cultiven la cooperación”. Algo que debería ayudar a “modernizar la infraestructura, en especial las redes, el almacenamiento y la interconexión”.

Además, es preciso “invertir en talento experto para impulsar la innovación y la capacidad de ejecución”. El objetivo es “acelerar la comercialización de la energía limpia, especialmente en los sectores más complejos”.

En todo caso, el proceso debe ser consistente: “Asegurar que todas las regiones pueden avanzar hacia sistemas de seguridad más sostenibles, igualitarios y seguros a su propio ritmo, será vital para acelerar el proceso de transición energética”, advierte el WEF.

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