“En dos años pueden pasar un montón de cosas, especialmente cuando nuestro futuro está en juego”, afirman Daniel Schmid [máximo responsable de Sostenibilidad de la empresa SAP], François Bonnici [director de la Fundación Schwab del World Economic Forum], Marcos Neto [director de Finanzas Sostenibles del PNUD] y Cheryl L. Dorsey [presidenta de Echoing Green], en un artículo publicado por el World Economic Forum [WEF], con motivo de la celebración de su reunión anual en el Foro de Davos.

Según explican, “la pandemia de Covid-19 ha infligido un enorme daño económico y social en el mundo, pero también ha generado un brote de respuestas innovadoras sin precedentes y un nuevo espíritu de colaboración y alianzas poco común, que genera esperanza”.

Una de esas iniciativas es la Alianza Global para el Emprendimiento Social [que antes era la Alianza para la Respuesta al Covid], impulsada por el World Economic Forum, a la que ya se han sumado “más de cien líderes” de gobiernos, empresas e instituciones.

Las empresas sociales suponen un 10% del PIB de la UE y un 4,5% de la población activa

Papel vital

Los autores del artículo señalan que “el emprendimiento social ha jugado un papel vital en impulsar la transformación, dese hace tiempo”. Por eso, este tipo de proyectos son un ejemplo de “modelos de negocio innovadores y formas de operar que apuntan hacia un mundo más sostenible y equitativo”.

También llaman la atención sobre su impacto real: “Las empresas sociales pueden ser relativamente pequeñas y a veces son pasadas por alto como fuerza del cambio, pero su papel se ha hecho cada vez más difícil de ignorar durante los dos últimos años”.

La Unión Europea cifra en un 10% el peso del emprendimiento social en la economía [PIB] de la región y emplea a más de 11 millones de personas, lo que supone una 4,5% de la población activa. En países como Finlandia, el porcentaje de trabajadores en este tipo de organizaciones alcanza el 7,5%. Además, ya son una de cada cuatro nuevas compañías creadas al año.

Son aquellas cuyo objetivo principal es tener un impacto social, antes que generar beneficios

Qué es una empresa social

La UE afirma que este tipo de empresas son aquellas cuyo objetivo principal es tener un impacto social, antes que generar beneficios para los propietarios y accionistas. Además, aprovechan sus superávits fundamentalmente para alcanzar esas metas y “son gestionadas por empresarios sociales de forma responsable, transparente e innovadora”.

La reciente pandemia ha supuesto un impulso a este plantemiento, más allá de la búsqueda pura y dura de beneficios económicos. Según el WEF, solo en el Reino Unido se crearon 12.000 empresas sociales. De ellas, un 47% estaban lideradas por mujeres y un 31% tenían orígenes de minorías étnicas. Por otro lado, un 22% operan en las zonas más deprimidas del país.

El artículo del WEF explica que “también han demostrado ser más resilientes desde el punto de vista financiero: un 44% han declarado incrementos en los flujos de beneficios, frente a un 18% de las compañías con orientación comercial”.

Según Oxfam, 860 millones de personas viven en extrema pobreza

Poco apoyo corporativo

Sin embargo, este tipo de proyectos no están siendo apoyadas desde el mundo de las grandes empresas: “Alrededor del 77% de las empresas sociales han declarado haber tenido dificultades en su colaboración con las corporaciones”.

Este grupo de expertos asegura que “es vital que comencemos a desmantelar estas barreras y abrir la llave del poder de los emprendedores sociales, dado que los retos que afrontamos no dejan de crecer”.

Remiten a datos de Oxfam que cifran en 860 millones el número de personas que viven en extrema pobreza en la actualidad. Una situación que se ha agravado con la invasión rusa de Ucrania, que está provocando “incrementos de precios de los alimentos y la energía”, el consumo de las reservas financieras de muchos países y la imposibilidad de afrontar su deuda.

“En estos tiempos de volatilidad e incertidumbre, el ecosistema de emprendimiento social tiene mucho que ofrecer a través de la restauración y la construcción de confianza en las sociedades, la creación de oportunidades para trabajos inclusivos y el avance de la igualdad social y sanitaria”, afirman.

Tendencias

Por eso, es fundamental que se desarrollen tres tendencias: el refuerzo de los lazos con el mundo corporativo, la construcción de acciones y redes colectivas y el refuerzo de las políticas sociales.

Como detalla el texto, aproximadamente tres de cada cuatro empresas sociales tienen impacto directo en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, frente a un 38% en el caso de las empresas tradicionales.

“Si queremos recuperarnos de la crisis actual, reconstruir con mayor rapidez y plantar las bases para una mayor resiliencia a largo plazo, tenemos que trabajar de forma conjunta para reforzar -deliberadamente y con determinación- el ecosistema de innovación social”, concluyen.