Grace tiene mi misma edad [52 años]. Y poco más nos une. Ella vive en Zambia, en Vandika, una aldea del Distrito de Chongwe a 45 km al este de la capital, Lusaka. Si algo podemos tener en común es nuestro interés en el tiempo que va a hacer. Pero por motivos muy distintos: mientras que yo quiero conocerlo para saber qué saco del armario, ella lo necesita para sobrevivir. A mí me avisa de los cambios mi madre, cuando hablo con ella por teléfono. Grace, sin embargo, ya no puede confiar en los consejos de sus mayores. El clima ha cambiado demasiado. 

Tanto, que el año pasado su país se vio afectado por una sequía que arrasó todas las cosechas de Vandika. “El clima es impredecible en estos días. En el pasado, podíamos mirar el cielo o reunirnos en nuestra ceremonia tradicional para pronosticar el momento y la cantidad de lluvias. Ya no puedes estar segura", explica Grace. 

En el pasado, podíamos mirar el cielo o reunirnos en nuestra ceremonia tradicional para pronosticar el momento y la cantidad de lluvias. Ya no puedes estar segura

Según el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, en Zambia la agricultura representa el 20 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país y emplea a aproximadamente dos tercios de la fuerza laboral. La producción agrícola nacional alimenta a más de la mitad de sus 17 millones de habitantes. Las mujeres son las principales productoras y representan el 78 por ciento de los pequeños agricultores del país.

Sin embargo, ya nada es como solía ser. Ahora las sequías y las inundaciones se alternan y amenazan la superviviencia de millones de pequeños agricultores.

El 78 por ciento de los pequeños agricultores del país son mujeres

Con la mirada en la tecnología
Grace y muchos como ella han vuelto sus ojos hacia la ciencia y la tecnología. Es el caso de Sitamble Tafuma, de 54 años, del Campamento Agrícola de Lukoshi, también en el Distrito de Chongwe. Sitamble tiene cinco hectáreas de tierras de cultivo en las que sembró maíz el año pasado. Pero perdió la cosecha por la sequía y tuvo que pedir dinero prestado para prepararse para la siguiente temporada agrícola. Decepcionada por sus técnicas tradicionales de pronóstico del tiempo, ella también necesita saber cuándo lloverá para poder aprovechar las condiciones favorables de siembra y alimentar a sus ocho hijos.

“La mayoría de las pequeñas agricultoras todavía dependen de su conocimiento indígena sobre el pronóstico del tiempo. Convencerlas de confiar en los pronósticos científicos y adoptar prácticas agrícolas sostenibles es uno de los mayores desafíos que enfrentamos", dice Edson Nkonde, Director del Departamento Meteorológico de Zambia.

La mayoría de las pequeñas agricultoras todavía dependen de su conocimiento indígena sobre el pronóstico del tiempo

Naciones Unidas alerta sobre el impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria y el crecimiento económico en Zambia. Las sequías e inundaciones en los últimos 30 años le han costado al país casi catorce mil millones de dólares según estimaciones recientes, lo que equivale aproximadamente al cuatro por ciento del PIB anual. Los impactos del cambio climático podrían costarle al país 4.300 millones de dólares más en pérdida de PIB durante la próxima década, si no se toman medidas climáticas inmediatas.

Plan a siete años
El Ministerio de Agricultura de Zambia y Naciones Unidas han puesto en marcha un proyecto a siete años para ayudar a las agricultoras a utilizar tecnología moderna, técnicas agrícolas sostenibles y una mejor comprensión de los problemas climáticos en su lucha contra las amenazas del cambio climático.

Desde el lanzamiento del proyecto en febrero de 2019, se ha involucrado directamente a más de 170.000 pequeños productores. "La idea detrás del proyecto SCRALA es permitir que los agricultores involucrados en la lucha en primera línea contra el cambio climático accedan a información climática en tiempo real, obtengan un seguro de riesgos climatológicos y usen variedades de cultivos tolerantes a la sequía", explica Maziko Phiri, gerente del proyecto.

Uno de los primeros pasos ha sido facilitar las predicciones meteorológicas en los 73 idiomas que se hablan en el país. Antes se difundían solo en inglés, lo que los hacía inútiles para gran parte de la población rural. El objetivo es combinar el conocimiento tradicional, la ciencia y la acción. “Los agricultores tienen el mejor repositorio de información meteorológica, almacenado durante generaciones. La mejor manera de ayudarlos a desarrollar resiliencia ante el cambio climático puede ser combinar ese conocimiento con herramientas modernas de predicción del clima", explica Fesiano Banda, Coordinador de Agricultura del Distrito de Chongwe.

Grace y yo seguiremos confiando en los pronósticos meteorológicos. Aunque para ella siempre serán cuestión de vida o muerte.