Uno tiene la manía de pasar la semana larga de vacaciones de verano de la que se permite disfrutar cada año [cuando se puede] en la zona del Estrecho de Gibraltar [cuando se consigue]. Cuando estoy por aquella zona, con eso de que tengo más tiempo para pensar, me da por hacerlo. Y, como no podía ser de otra manera, pienso en las diferencias entre un lado y otro. Dos continentes que se dan la mano geográfica, pero están cada vez más lejos el uno del otro en casi todo lo demás.

Todo esto, en medio de la reunión del G20, en la que participan tres países europeos [Alemania, Francia e Italia], además de la propia Unión Europea y España como invitada permanente. ¿Sabes cuántas naciones africanas hay? Una: Sudáfrica, famosa por… ¡ah sí, por esa tontería del apartheid y las diferencias entre las poblaciones blanca y negra! La casualidad, como diría el gran Ignatius Farray.

Once millones de niñas podrían ser obligadas a dejar los estudios: ¿cuántas son europeas y cuántas africanas?

Crisis educativa
Ayer mismo, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se dirigía a las mujeres participantes en la cumbre Women 20, que se celebra también estos días bajo los auspicios del G20. “La pandemia está generando la peor crisis educativa de la historia moderna. Unos once millones de niñas podrían ser obligadas a dejar los estudios. Esto supondría un gigantesco paso atrás en el camino hacia la igualdad”. La pregunta que yo me hago, desde mi sitio entre ambos continentes, es: ¿cuántas de esas jóvenes son europeas y cuántas africanas?

El pasado mes de abril, la presidenta de UNICEF, Henrietta H. Fore, advertía de que 140 millones de familias están en riesgo de caer por debajo del umbral de pobreza. Una vez más, ¿cuántas a cada lado?

De los 30 países con menor acceso a la electricidad de la población, 28 son africanos

Acceso a servicios
Y el 30 de abril, el Banco Mundial anunciaba la aportación de 4.000 millones de dólares para apoyar la vacunación en 51 países en desarrollo, “la mitad de los cuales están en África”.

Según datos de la entidad, en 2019 de los 30 países con menor acceso a la electricidad de la población, 28 eran africanos. Solo se colaban en esa poco honrosa clasificación Haití y Corea del Norte, con tasas superiores al 45 por ciento, por encima de 23 y 26 países respectivamente. Sirva de ejemplo que entre los diez con menores porcentajes, todos estaban por debajo del 27 por ciento. En la orilla contraria, en Europa el acceso es del 100 por ciento.

La mortalidad antes de los cinco años de edad es de 117 fallecimientos por cada mil nacimientos en Nigeria, frente a 4 en Europa

Otros indicadores
Las mismas diferencias aplican a muchos otros indicadores. Por ejemplo, la mortalidad antes de los cinco años de edad es de 117 fallecimientos por cada mil nacimientos en Nigeria. También en este aspecto, los 20 países con tasas más altas son africanos. En la Unión Europea, solo 4 de cada mil menores de esa edad pierden la vida.

En PIB per cápita, solo Yemen no es de África entre los 20 con menor cifra. Burundi es el que registra la más baja, 270 dólares, frente a los 33.937,7 de la Unión Europea. Es decir, 125 veces más. O, lo que es lo mismo, la riqueza media de una persona en Europa es la misma que la de 125 en Burundi.

Y, si la educación es el camino para reducir las desigualdades, mal asunto. En Somalia, por ejemplo, solo diez de cada cien mujeres saben leer y escribir. En los diez países con mayor tasa de analfabetismo [todos africanos, por supuesto] ni la mitad de ellas han aprendido a hacerlo.

A hipócritas no nos gana nadie

El G20 presume de englobar al 60 por ciento de la población mundial y el 80 por ciento del PIB del planeta, además del 75 por ciento de las exportaciones. Mientras tanto, el otro 40 por ciento de personas, niñas, niños, madres, padres, jóvenes, mayores... sufre.

Y todo esto lo escribo yo, desde la comodidad de mi vida privilegiada. Que a hipócritas no nos gana nadie.