“Los datos confirman una divergencia cada vez más profunda entre las fortunas económicas y un gran número de países se están quedando atrás”. Son palabras de Kristalina Georgieva, directora general del Fondo Monetario Internacional [FMI], que alerta del peligro de incremento de la desigualdad en el proceso de recuperación tras la pandemia.

“La buena noticia es que la recuperación global está progresando ampliamente, en línea con las predicciones de abril del FMI de un crecimiento del 6 por ciento este año”, señala. “Tras una crisis como ninguna, vemos una recuperación como ninguna en algunos países, impulsada por una combinación de políticas fiscales y monetarias fuertes y rápidas vacunaciones”.

Las previsiones de la entidad se sitúan en el 7 por ciento para Estados Unidos, la más alta desde 1984. También se esperan cifras similares en China y la zona Euro, entre otras.

Una vacunación rápida podría salvar medio millón de vidas en seis meses

Una vacunación rápida podría salvar medio millón de vidas en seis meses

Desigualdad
Pero no todo son buenas perspectivas. “El mundo está afrontando una recuperación a dos velocidades, cada vez más acusada, provocada por diferencias dramáticas en la disponibilidad de las vacunas, tasas de infección y capacidad para dar apoyo a través de las políticas”, afirma Georgieva. Y advierte: “Es un momento crítico que demanda un paso a la acción urgente por parte del G20 y los legisladores de todo el planeta”.

La entidad ha enviado una carta al G20 en la que señala que “la velocidad es esencial. Estimamos que un acceso rápido a la vacunación para poblaciones de alto riesgo podría salvar más de medio millón de vidas solo en los próximos seis meses”.

En África subsahariana la tasa de vacunación es menor del 1 por ciento, frente al más del 30 por ciento de los países desarrollados

Riesgos de la divergencia
Una vez más, las personas más afectadas son quienes viven en los países más pobres. Georgieva señala que, a causa de sus bajas tasas de vacunación, “están más expuestas al virus y sus variantes. Mientras que la cepa Delta está provocando preocupación en todas partes, incluidas las naciones del G20, ahora mismo hay un brote brutal de infecciones en el África subsahariana”.

Sus datos señalan que menos de una persona adulta de cada cien han completado el proceso de vacunación en la región, en comparación con una media superior al 30 por ciento en las economías más avanzadas.

La población no vacunada “corre el riesgo de [contraer] nuevas cepas emergentes, incluso más mortales, lo que mina el progreso en todas partes e inflige mayor daño a la economía global”.

Las consecuencias de esta situación son aún peores: “La reducción de los recursos fiscales hace incluso más duro para las naciones más pobres impulsar las vacunaciones y apoyar sus economías. Esto dejará a millones de personas sin protección y expuestas a una creciente pobreza, falta de vivienda y hambre”.

Porque a esto se añade “una creciente inseguridad alimentaria” y dudas cada vez mayores en muchos países “con respecto a futuros repuntes de la inflación en alimentación”. Ese incremento de precios es algo a lo que “el mundo está cerrando los ojos”.

Otro de los temores del FMI es la posibilidad de un incremento de las tasas de interés en Estados Unidos, que supondría “un endurecimiento de las condiciones financieras globales” que afectaría especialmente a “países con altas necesidades de financiación externa o elevadas tasas de deuda”.

Esta sería la mejor inversión pública de nuestras vidas

Llamada a la acción
Georgieva considera imprescindible la “cooperación internacional para acabar con la pandemia”. Los beneficios económicos de hacerlo “serían extraordinarios” y la posibilidad de “salvar cientos de miles de vidas en los próximos meses es un imperativo moral”. Además, “los costes son relativamente pequeños”.

Según un plan diseñado recientemente por el FMI, una inversión de 50.000 millones de dólares “podría suponer miles de billones de ganancias procedentes de una vacunación más rápida y una recuperación acelerada”.

A su juicio “esta sería la mejor inversión pública de nuestras vidas y cambiaría las reglas del juego a nivel mundial”.