Olvídate de los X-Wings sobrevolando la Estrella de la Muerte en busca de su punto débil o de la lucha entre el bien y el mal. La verdadera guerra de las galaxias tiene como escenario despachos y juzgados y la fuerza es básicamente el dinero.

Así que, no es de extrañar que ambos bandos estén representados las dos personas más ricas de este mundo: Elon Musk, CEO de SpaceX [entre otras empresas, como Tesla]; y Jeff Bezos, máximo responsable de Amazon [entre otras empresas como The Washington Post].

Se trata de una lucha por el poder y por ganar más dinero

Lo que se disputan puede ser visto como algo muy romántico: un pedacito de cielo. Pero, en realidad, se trata de una lucha por el poder y por ganar más dinero [si es que es posible].

Cambio de órbitas

Tanto SpaceX como Amazon tienen proyectos para ofrecer internet desde el espacio. La disputa se resume, básicamente, en lo siguiente: la compañía de Musk necesita bajar la órbita de sus satélites y la de Bezos no quiere que se le permita porque, según su opinión, interferirían con otros.

Desde diciembre, los equipos de SpaceX han estado tratando de conseguir que la FCC obligue a Amazon a cambiar sus órbitas, mientras que esta última compañía hace lo propio para que no se modifique la barrera mínima de 580 kilómetros.

Los lobbies de ambas empresas están tratando de conseguir que la Comisión Federal de las Comunicaciones [FCC] falle a su favor, lógicamente. Musk, que es muy dado a mover las redes en este tipo de situaciones, tuiteó el lunes: “Paralizar hoy Starlink [su red] por un sistema de satélites de Amazon que en el mejor de los casos está a años de ser operativo, no sirve al interés público”.

Amazon respondió con una declaración realizada a CNBC en la que señalaba: “Los hechos son simples. Diseñamos Kuiper System para evitar interferencias con Starlink y ahora SpaceX quiere cambiar el diseño de su sistema”.

El interés de SpaceX es asfixiar a los competidores en la cuna

Más peligro

Unas modificaciones que, según los expertos de Kuiper System, “no solo crean un entorno más peligroso por colisiones en el espacio, sino que también incrementan las interferencias de radio para los clientes”.

Y terminan con una especie de y tú más: A pesar de lo que SpaceX tuitee, son los cambios que ha propuesto los que paralizarían la competencia entre los sistemas de satélites. Está claro que el interés de SpaceX es asfixiar a los competidores en la cuna, si pueden, pero claramente no es por el interés público”.

Los beneficios podrían ascender a 30.000 millones de dólares al año

SpaceX lanzó 60 satélites el pasado 20 de enero y ya tiene más de mil en órbita [en total, el sistema contará con unos 12.000] y comenzó su primer piloto público de conexión a internet en octubre. Por su parte, el proyecto Kuiper tiene planificado el lanzamiento de 3.236 unidades a la órbita baja de la Tierra.

Starlink quiere ofrecer sus servicios en todo el mundo en este mismo año. La velocidad de conexión beta que ofrece en la actualidad varía entre 50Mb/s y 150Mb/s y su latencia oscila entre 20 milisegundos [ms] y 40ms en la mayoría de las zonas. Pero la compañía asegura que, según vaya creciendo su red, tanto en el espacio, como en la Tierra, esos niveles mejorarán de forma sustancial.

Amazon, por su parte, propone un enfoque distinto: “Hemos oído tantas historias últimamente de gente que no podía hacer su trabajo o las tareas del colegio porque no contaban con una conexión a internet fiable en casa”, explica Dave Limp, vicepresidente senior de la compañía. “Todavía hay demasiados lugares en los que la banda ancha es poco fiable o en los que ni siquiera existe. Kuiper cambiará eso”. Además, el proyecto supone una inversión de 10.000 millones de dólares que “creará puestos de trabajo e infraestructuras en todos los Estados Unidos”.

Por supuesto, esas inversiones [son similares en ambos casos] generarán mayores beneficios. SpaceX calcula que estos podrían ascender a 30.000 millones de dólares al año.