28 años ha tardado Escocia en regresar a una cita mundialista. El combinado, que durante las décadas 70, 80 y 90 era un habitual en la máxima competición de selecciones, aún no se había estrenado en este siglo. Una racha negativa que los escoceses rompieron a la épica al vencer a Dinamarca por 4-2 en el descuento. Un zapatazo en el 92’ del ex de la Real Sociedad, Kieran Tierney, fue lo que desató la locura en el Hampden Park de Glasgow. Un momento de éxtasis tras un encuentro cargado de sufrimiento y que pudo caer para cualquier bando. Dinamarca logró igualar el marcador hasta en dos ocasiones y aguantó lo que pudo con uno menos desde el minuto 60’, pero el alargue condenó a los daneses, que tendrán que acudir a una repesca envenenada.
En la plantilla que volverá a representar a Escocia en un Mundial, se encuentran varios nombres conocidos, como el de Scott McTominay, que abrió la lata con un espectacular gol de chilena, John McGinn o el capitán, Andrew Robertson. Precisamente, el jugador del Liverpool se detuvo a hablar con la prensa aún en el terreno de juego y con las emociones a flor de piel. No pudo evitar acordarse de Diogo Jota, su compañero en el conjunto red que perdió la vida el pasado verano en un accidente automovilístico.
“Creo que lo he disimulado bien, pero hoy he estado hecho pedazos. Sé que, por mi edad, esta podría ser mi última oportunidad de ir al Mundial”, arrancó diciendo el lateral zurdo de 31 años. Intentando contener las lágrimas, añadió que “no he podido sacarme de la cabeza a mi amigo Diogo Jota. Hablamos muchísimo sobre el Mundial. Él se perdió Qatar por una lesión, y yo me lo perdí porque Escocia no fue. Siempre hablábamos de cómo sería ir a este Mundial, se que hoy estará sonriendo desde el cielo”, concluyó.
'I couldn't get my mate Diogo Jota out of my head today' ❤️
— BBC Sport Scotland (@BBCSportScot) November 18, 2025
Andy Robertson on what it means to qualify for the World Cup ⤵️#BBCFootball pic.twitter.com/ngJ2TV7LLj
Robertson era uno de los jugadores más allegados a Diogo Jota. Coincidió con el portugués desde que este llegara al Liverpool procedente del Wolverhampton en 2020 y su mensaje despidiéndose del 20 fue uno de los más emotivos: “Quiero hablar de mi compañero. Mi amigo. El tipo al que quería y al que voy a extrañar una barbaridad. Podría hablar de él como jugador durante horas, pero nada de eso parece importar ahora. Es el hombre. La persona. Era un tipo tan bueno. El mejor. Tan auténtico. Tan normal y real. Lleno de amor por las personas a las que quería. Lleno de alegría. Era el jugador extranjero más británico que he conocido. Solíamos bromear diciendo que en realidad era irlandés… Yo intentaba reclamarlo como escocés, obviamente. Incluso lo llamaba Diogo McJota”, rezaba su mensaje.
“Fuimos bastante malos, pero, ¿qué importa?”
La clasificación al próximo Mundial es histórica para un país que ya se había acostumbrado a no estar en las grandes citas. El equipo dirigido por Steve Clarke ha firmado una fase inicial casi perfecta, salvo por el tropiezo ante Grecia el pasado sábado. Una derrota que parecía alejarlos del sueño, pero el empate de Dinamarca en casa ante Bielorrusia hizo que los británicos dependieran de ellos mismos.
Things you may have missed last night:
— BBC Sport Scotland (@BBCSportScot) November 19, 2025
1. McTominay asks 'where's my mum?'
2. Clarke and McTominay embrace
3. McGinn lobs a corner flag into the crowd
4. Clarke says go to the corner...
5. Gannon-Doak shakes off injury
6. Robertson and Clarke 'what a night, eh?'#BBCFootball pic.twitter.com/lGHol0l7yZ
Tras la épica victoria, muchos de los jugadores quisieron hablar ante la prensa. El centrocampista del Aston Villa, John McGinn, reconoció que “para ser honesto, pensé que estuvimos bastante mal, pero ¿a quién le importa? Cruzar la línea de meta fue una sensación increíble. La charla del entrenador fue excepcional”. McGinn añadió que “es un privilegio cada vez que nos reunimos. Somos simplemente chicos humildes que quieren hacerlo bien por su país. Lo dimos todo en el campo”. Pese a verse en la repesca, alabó el golazo de su compañero, Kieran Tierney: “Piensas que eso es todo: un fracaso glorioso, otro golpe. Estaba pensando en la repesca en el minuto 91. Pero luego, ¡qué golpeo de Tierney! Nunca volveré a sentirme así en un estadio de fútbol”, aseveró.
Otra de las grandes historias de esta Escocia es la de su portero titular, Craig Gordon. El que fuera meta del Sunderland o del Celtic es, a sus 42 años, el futbolista más longevo en jugar con la selección escocesa. Cuando llegue el Mundial, Gordon habrá cumplido ya los 43. Reveló que estuvo cerca de colgar los guantes el pasado verano: “Ha sido una larga espera y es increíble ser parte de esto y me llevará un tiempo asimilarlo. Casi me retiré en el verano y Steve Clarke fue quien me dijo que le diera un año más. Eso vale la pena todo. Todo el trabajo duro, todas las decepciones”. El portero escocés afirmó que nunca ha vivido nada igual en sus 21 años como internacional: “¡Qué noche tan loca! La calidad de algunos de esos goles, no creo que la volvamos a ver en otros 20 años. He estado jugando 21 años con la selección nacional. Pasar por todo eso y terminar con una noche como esa, increíble”.
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