La figura del narrador ha cogido aún más relevancia en los últimos años. Una profesión vocacional, que expone a quien la ejerce al cruel mundo de las redes sociales, pero del mismo modo, acompaña a todos los seguidores que disfrutan del deporte en sus casas, en el trabajo, en el coche… De entre todas las voces que conviven en el mundo del deporte, pocas hay tan inconfundibles como la de José Sanchis (Palma de Mallorca, 1984). Tras una exigente temporada, como lo son todas, el balear ha concedido una entrevista a ElPlural.com para hablar sobre el fascinante mundo de la narración.

Pregunta (P): ¿Cómo te encuentras después del final de la temporada?

Respuesta (R): Empezando a descansar ahora, por suerte. Viene un tiempo de parar, de limpiar la cabeza y de coger energías. Cuando no te das cuenta y te despistas un poco, ya está aquí el mes de agosto vuelve a empezar todo.

P: ¿Qué te ha parecido la temporada 24-25? ¿Qué balance haces?

R: Muy chula, muy divertida. Yo creo que hemos tenido una liga entretenida con pelea por el título prácticamente hasta el final. También todo muy apretado en el acceso a Europa. Hemos tenido dos últimas jornadas con horario unificado, donde había mucho en juego. La lucha por el descenso tal vez se nos descafeinado un poquito al final, cuando prometía ser todavía más apretada, porque solo llegó el Leganés con opciones de salvarse la última jornada de los equipos que estaban abajo.

P: ¿Te duele que el Mallorca se haya quedado tan cerquita de jugar esas competiciones europeas?

R: Sí, como aficionado del Mallorca, claro que hacía ilusión el verse en Europa, sobre todo después de la primera vuelta.  Es cierto que el segundo tramo de la temporada ha sido bastante decepcionante a mis ojos. En términos de comportamiento colectivo, yo creo que el Mallorca, cuando contrata a Arrasate, lo hace con la idea de dar un giro estilístico al equipo. En torno al equipo y en una clave más local, se percibe un cierto pesimismo con el comportamiento del equipo en la segunda vuelta. Espero que el equipo de motivos para la gente se vuelva a enganchar, pero sí que da la certeza de que el Mallorca tiene un proyecto sólido y, sobre todo, una propiedad sólida y estable.

P: No tienes ningún problema en declararte aficionado del Mallorca, ¿sientes algún estigma en tu profesión diciendo a qué equipo animas?

R: Yo tengo la sensación de que no hay demasiado problema en decir que soy aficionado del Mallorca. En primer lugar, porque sé que no tiene ninguna influencia en mi trabajo. He narrado un montón de partidos en los que el Mallorca ha estado involucrado y, cuando me pongo los cascos y aprieto el botón, dejo de tener equipo. Es mi trabajo, mi noción de la profesionalidad, y para mí eso está por delante de todo. Pero, de todas formas, creo que el hecho de poder decir abiertamente que eres del Mallorca tiene que ver con algo muy concreto y es que es que el equipo en cuestión es el Mallorca. Mi honestidad está por delante de todo lo demás y creo que el que el resto de mis compañeros también se guían por esos mismos preceptos. ¿Quién haría mal su trabajo cuándo ama su trabajo?

Si pudiera volver atrás, intentaría hacer una cosa completamente diferente y tomaría decisiones muy diferentes para que me llevaran a otro lado.

P: Llevas bastantes temporadas narrando la Liga, ¿la ilusión sigue intacta?

R: Sigue más o menos intacta. Llevo muchos años cerca del fútbol profesional y es verdad que la mirada del aficionado, que no tiene contacto con el día a día ni con los procederes del del fútbol profesional, es diferente, es una mirada, muchas veces, menos informada. Más virgen, más inocua, más inocente. Y eso es chulo. Yo, a veces, lo echo de menos. Cuanto más dentro estás y más lo conoces, te conviertes en una especie de descreído. Me sigue gustando el fútbol y lo paso bien con mi trabajo. No sé si la ilusión sigue intacta porque bueno, supongo se transforma como se transforma todo en la vida.

P: ¿Si volvieras atrás y te dieran a elegir, sabiendo todo lo que has logrado, repetirías tu misma carrera?

R: El pensar, como ejercicio, me parece divertido. Tampoco soy muy de darle muchas vueltas a las decisiones, ni de arrepentirme una vez ya están tomadas. Intentaría hacer una cosa completamente diferente y tomaría decisiones muy diferentes para que me llevaran a otro lado. Esta vida que llevo es muy divertida, pero también hay otras cosas más allá del periodismo, más allá de la comunicación, más allá del fútbol que también me gustan y que espero que me quede tiempo también para para explorarlas. Las cosas van y vienen. Lo disfruto mucho sabiendo que esto un día se acabará. No sé si lo decidiré yo o lo decidirá otra persona. Lo que no me faltan son inquietudes y eso me hace sentir vivo y bien.

P: ¿Recuerdas cuál fue tu primer partido narrado de fútbol?

R: Sí, un Recreativo de Huelva uno Valencia uno. El gol del Recre lo marca Adrián Colunga, el del Valencia no me acuerdo.

P: ¿Y qué diferencias encuentras entre aquel José y el que narra ahora?

R: Bueno, pues aquel José no sabía encender la consola de audio. Le tuvieron que ayudar. Me llamaron de última hora porque alguien no podía narrar ese partido por el motivo que fuera, y no recuerdo ni quién era ni por qué. Yo no había narrado en mi vida un partido de fútbol. No he vuelto a escuchar esa narración, es posible que no me reconociera, pero me haría ilusión escucharla, porque ese José que narra el primer partido de rebote, no se imaginaba nada de lo que está por venir, ni tampoco lo perseguía.

P: ¿Has notado algún cambio en la figura del narrador desde que empezaste hasta ahora, en la figura del narrador?

R: Hay una tendencia a llenar las transmisiones de muchas voces y, en ocasiones, en una cabina hay narrador, tres comentaristas y dos pies de campo. El narrador se convierte casi casi en un gestor de tiempos también. Te diría que, en términos de estilo, no estoy convencido de que haya cambiado demasiado. El gran cambio viene dado por dejar atrás el estilo de influencia anglosajona que hemos conocido en Televisión Española desde José Félix Pons, pasando por José Ángel de la Casa. Quien rompe con todo esto de una manera muy progresiva es Carlos Martínez. Y al calor de ese nuevo camino que abre Carlos hemos aparecido otra generación de narradores.

P: ¿Entendiste las críticas hacia los narradores de Televisión Española durante la Eurocopa?

R:  Las críticas a los narradores y a los comentaristas las entiendo en tanto en cuanto el fútbol es pasional. Lo que jamás voy a dar por bueno o por válido es que esas críticas se expresen con un grado de violencia y de agresividad fuera de lo común. Hay un punto de crispación, que es detestable y que, para mí, anula la posible veracidad de cualquier crítica. En redes sociales, poca gente se va a expresar para decir que algo le gusta. Si uno hace un repaso de los comentarios siempre van a parecer absolutamente negativos y catastróficos, y aquí ya entraríamos en el debate de qué representatividad, de que darle a ese tipo de opiniones. En la Eurocopa, en Televisión Española, a pesar de todas las críticas que hubo, hubo compañeros que hicieron un gran trabajo.

P: ¿Cómo has vivido el cambio de narrar siempre al Real Madrid o al F.C. Barcelona en Liga a cubrir otros equipos?

R: Bastante bien, por no decirte que muy bien. En primer lugar, porque tampoco le doy excesiva importancia al asunto. Es una profesión en la que muchos queremos estar y no hay tantas sillas. No se van a inventar partidos porque no los hay. Y a partir de ahí, por mi sensibilidad futbolística, por lo que a mí me gusta, no me supone ninguna crisis, al contrario. Me ha resultado atractivo el ver más allá de esa dicotomía de los dos grandes, y esto me permite también ver en directo equipos que me gustan mucho y visitar estadios con más frecuencia.

P: En varias ocasiones, has mencionado que el mejor partido que has narrado fue el Brasil-Alemania, porque sentiste que estabas viviendo historia del fútbol. ¿Desde entonces has vuelto a tener ese sentimiento con algún partido?

R: No, ni creo que lo tenga. Me parece una situación bastante única. Para mi gusto, la historia del fútbol se escribe en las Copas del Mundo. Narrar un Mundial es el mayor privilegio que uno puede tener. Con todos los condicionantes que tenía ese partido, siendo una semifinal, estando involucrado el equipo local, que el equipo local no es selección de Qatar, es la selección de Brasil y que enfrente está Alemania… Junta demasiados elementos como para ser superado. Mi ilusión, de aquí a que deje esto, es que llegue un partido que sustituya al ‘Mineirazo’.

Esto es un oficio, y los oficios se aprenden, se conocen y se dominan yendo desde abajo y poco a poco, tomando todas y cada una de las oportunidades que te provean o que seas capaz de buscarte.

P: ¿Cómo de importante es tener una buena sinergia con tu compañero de cabina?

R: No es imprescindible, porque muchas veces no se da, pero cuando se da es una gozada y es imposible que el producto no lo note de manera positiva. Entiendo que la pregunta viene un poco dada por mi relación con Axel Torres y con el trabajo que hemos hecho juntos durante muchos años, y que esperamos poder seguir haciendo. Obviamente es un plus. Ofrece frescura, ofrece dinamismo, ofrece naturalidad… Y cuando existe esa conexión, que con Axel ya es llevada a otro nivel porque nos conocemos desde hace 20 años, la narración se beneficia muchísimo de ello.

P: ¿Prefieres que ese compañero sea un periodista o un exfutbolista?

R: Yo lo que prefiero es que el compañero reúna todas las virtudes que uno espera de un comentarista. Por una parte, es el conocimiento del juego, por otra parte, es el conocimiento del rol de comentarista en sí mismo. Cuando participar, cuando ser consciente de que el comentario puede ir largo, cuando eres consciente de que hay que ser breve, es decir, el tener una noción muy clara de cuál es su papel dentro de la transmisión y, sobre todo, que sea alguien con una capacidad comunicativa a la altura de la exigencia.

P: ¿Quién dirías que puede ser el Lamine Yamal de la narración deportiva en España?

R: Está es muy buena. Te estás refiriendo a alguien que apareciendo desde abajo y con relativa poca experiencia me parezca que tiene un talento como para poder estar narrando al nivel que le apetezca. Me vienen dos nombres a la cabeza que son Jaume Naveira y Xavi Rodríguez.

P: Hablando de Lamine Yamal, ¿qué opinas de este chaval?

R: No he visto nada igual en mi vida. Todos los juicios que podemos hacer en torno a Lamine Yamal se tienen que ceñir al presente, porque la proyección de futuro no somos capaces de hacerla. Con analizar su presente ya tenemos suficiente como para quedarnos con la boca abierta como para ir tirando hipotecas encima de su espalda y no darle permiso ni para equivocarse, ni para fallar, ni para influir menos, ni para tener una mala racha o tener un mal año. Es un futbolista capaz de influir y de decidir en los partidos más importantes del mundo. Yo esto a los 17 años no lo he visto en mi vida.

P: ¿Cómo ves el futuro de la narración?

R: No sé decirte cómo veo el futuro la narración porque ni siquiera sé cómo veo mi futuro. Está en un momento de buena salud porque cada vez hay más fútbol en televisión, por lo tanto, hay más necesidad de narradores. Ha enraizado la idea de que la narración de fútbol es un oficio, es una profesión. Hay gente que ahora persigue eso. Yo cuando estudiaba no tenía el ansia ni el deseo de ser narrador, de hecho, ni siquiera me lo había planteado.

P: ¿Un consejo para para todos aquellos que quieran ser narradores?

R: Es complicado dar solo un consejo, y también creo que es complicado por mi parte dar un consejo después de explicar y de insistir en el punto casual que tienen muchas veces las cosas. Lo que sí que daría como consejo es el no marcarse ninguna meta. No empezar a narrar pensando en narrar Champions o grandes competiciones. Esto es un oficio, y los oficios se aprenden, se conocen y se dominan yendo desde abajo y poco a poco, tomando todas y cada una de las oportunidades que te provean o que seas capaz de buscarte. Lo que sí que les diría, es que, si realmente quieren narrar, se dediquen a escuchar a todo el mundo, se dediquen a adaptar todo lo que vean que les gusta. Al fin y al cabo, ninguno de los que estamos aquí hemos inventado nada.

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