La Liga Hypermotion, esa que desprende frenetismo y máxima igualdad entre los clubes que la disputan, tiene esta temporada en Jeremy Arévalo a una de sus grandes sensaciones. El atacante hispano ecuatoriano del Racing de Santander es el pichichi de la categoría en su segunda temporada en el fútbol profesional y haciendo las mieles de los aficionados del club cántabro. Tal es la dimensión que está adquiriendo el joven de 20 años, que Ecuador ya lo tiene en su radar para ser un futurible convocado con la absoluta para el Mundial 2026, aunque España también lo sigue de cerca.

Con 7 goles en 11 partidos, Arévalo no solo es la principal referencia ofensiva del Racing, sino también uno de los futbolistas más determinantes del campeonato. Su impacto ha sido tal que el cuadro santanderino lidera la clasificación con autoridad, dejando a 3 puntos a Las Palmas, Almería y Cádiz y encadenando dos victorias consecutivas tras un bache en el que los de José Alberto López tan solo habían sumado 4 de 15 puntos.

Un talento con doble corazón

Nacido en Santander en 2005, Jeremy es hijo de padres ecuatorianos que emigraron a España en busca de un futuro mejor. Creció entre acentos mezclados, platos típicos de Quito y las olas del Cantábrico, una dualidad que hoy define su identidad futbolística y personal. 

En el Racing, lo conocen desde niño. Llegó a las categorías inferiores siendo alevín, en 2016, cuando su desparpajo y velocidad ya llamaban la atención. Su evolución fue meteórica: del juvenil al filial, y del filial al primer equipo en apenas un par de temporadas. Su debut con los mayores llegó en 2023, en un encuentro frente a la SD Eibar, y durante aquella campaña participó en un total de 12 encuentros.

En la siguiente, logró su primer gol con la elástica cántabra en Copa del Rey, pero tampoco gozó de excesivos minutos, jugando en siete partidos. Sin embargo, el arranqué de la 25/26 ha supuesto su irrupción por todo lo alto en el fútbol profesional y se ha convertido en una pieza clave en el ataque del Racing. Sus cifras goleadoras asustan: ya lleva 7 tantos y ha anotado en los cuatro últimos choques.

El desborde como carta de presentación

Lo que más llama la atención de Jeremy Arévalo es su valentía. Es un delantero que aprovecha muy bien los espacios y su físico poderoso (mide 1.80). Además, tiene una gran capacidad para el remate, haciendo goles con ambas piernas y también yendo bien de cabeza. No es lo único que destaca en el atacante, que también posee desborde y buen uno contra uno, algo que demostró con su último gol frente al Mirandés.

A veces recuerda al primer Ansu Fati por su desparpajo, otras al mejor Antonio Valencia por su intensidad y potencia física. Pero lo cierto es que Arévalo está construyendo su propio estilo, uno que combina el descaro con la potencia física y la disciplina táctica. Empezó el curso siendo la tercera alternativa en la delantera del Racing, pero se ha ganado con su trabajo y rendimiento la titularidad y, ahora mismo, parece inamovible del once de José Alberto.

Ecuador o España: el dilema internacional

El buen momento de Arévalo no ha pasado desapercibido. Desde Quito, la Federación Ecuatoriana de Fútbol ya ha movido ficha para intentar convencerlo de que vista la camiseta tricolor. El seleccionador Sebastián Beccacece, lo sigue de cerca, y no se descarta que sea convocado para los próximos amistosos internacionales, con la mirada puesta en el Mundial de 2026: “Conozco mucho esa liga, es muy competitiva. Arévalo estuvo en el proceso Sub-20 y he tenido la posibilidad de verlo entrenar”, admitió el argentino en unas declaraciones previas al último amistoso de La Tri frente a México.

Pero España tampoco lo pierde de vista. El joven ya ha sido sondeado por los técnicos de la RFEF, que lo ven como una opción interesante para las selecciones juveniles. Sin embargo, el sentimiento familiar pesa, y en su entorno más cercano sueñan con verlo defender los colores del país de sus raíces. Además, el propio futbolista se pronunció al respecto tras el encuentro ante el Deportivo de la Coruña: “Obviamente es un sueño. Ojalá poder ir, pero tampoco estoy muy pendiente de esas cosas. Tengo la cabeza donde hay que tenerla”, señaló el racinguista.

El futuro que ya llegó

En Santander, nadie se atreve a hablar de traspasos ni de millones, aunque de seguir así, no le faltarán novias ni en primera división ni en el fútbol internacional. El Racing, consciente del diamante que tiene entre manos, ha blindado a Arévalo renovándolo hasta 2027, con opción a una temporada más.

En un fútbol donde cada semana surgen promesas efímeras, Jeremy Arévalo parece ser algo más que una moda pasajera. Representa a una generación nueva, que mezcla raíces y estilos, y que entiende el juego desde la libertad. Quizás aún falten unos meses para saber si vestirá de rojo o de amarillo, pero lo que ya nadie duda es que el nombre de Jeremy Arévalo ha llegado para quedarse. Y si sigue así, su historia no se escribirá solo en los estadios de la Liga Hypermotion, sino también en los grandes escenarios del fútbol mundial.

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