Durante la jornada de este viernes, la Unión Europea (UE) y Chile han dado ciertas claves sobre las conclusiones que han surgido tras su negociación para actualizar y reforzar el acuerdo comercial que mantienen desde hace dos décadas. El objetivo de esta renovación es que, además de aumentar el acceso a sus respectivos mercados, se adapte su relación a los nuevos retos existentes, como por ejemplo la lucha contra el cambio climático. En este sentido, uno de los ejes fundamentales de las negociaciones ha girado en torno a la pretensión de la UE para avanzar en su diversificación de recursos y así poder romper con la dependencia de China.

“La guerra de Rusia ha subrayado la necesidad de estrechar nuestras relaciones con aliados fiables”, ha señalado este viernes en Bruselas el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, quien también ha señalado que no es casualidad que los Veintisiete hayan querido mejorar justo ahora un acuerdo con Chile, tras años de relaciones estables. Tal y como ha apuntado Dombrovskis, la mejora de los intercambios de energía y materias primas resultará “vital” para la futura resiliencia estratégica.

Las materias primas que no quiere arriesgar la UE

Entre las claves más relevantes de este acuerdo reforzado se encuentra la garantía de un mejor acceso europeo a materias primas y energías limpias, aspectos fundamentales para avanzar en el objetivo de la UE de romper con su dependencia de China en el nuevo contexto geopolítico. Tienen especial relevancia en este sentido el litio y el cobre, ya que el gigante asiático cuenta con el 85% de la producción mundial de tierras raras a través de las cuáles se obtienen dichos metales. También adquiere un gran peso el hidrógeno, pues para su extracción es China quien tiene los sistemas más económicos.

Ampliando el foco sobre el litio, según el informe 2022 Strategic Foresight Report, se prevé que el uso de este elemento por parte de la UE aumente en un 3.500% para 2050, ya que este mineral es un componente clave para la movilidad eléctrica. En concreto, para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos, que representará el 90% de la producción mundial de litio hacia 2030. Dado que China cuenta con el 45% de las capacidades mundiales de refinado de litio, si hubiese un conflicto como el protagonizado por Rusia, se produciría un problema geopolítico que impactaría en los objetivos climáticos europeos, como ha ocurrido con el gas ruso. Para evitar una situación de este tipo, se ha reforzado la relación con el país que posee actualmente el 40% de los depósitos de litio del mundo, Chile.

Siguiendo esta línea, y según fuentes comunitarias, la UE intentará replicar en sus negociaciones con otros países un acceso “no discriminatorio” a materias primas que puedan ser “clave” para los Veintisiete. Así, el acceso europeo sin barreras al litio o el cobre chileno se traducirá también, según las fuentes, en un respaldo para que puedan en el propio Chile impulsar la producción y transformación de estas materias primas antes de su exportación.

Un acuerdo que se considera histórico por todas las partes

En la comparecencia de Bruselas se encontraba también el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, y la ministra de Exteriores de Chile, Antonia Urrejola. Ha sido Borrell quien ha remarcado el valor “histórico” de este acuerdo que ha exigido un trabajo “largo y laborioso”. Se hacía así referencia a los casi cinco años de negociaciones y a su trascendencia política, ya que el acuerdo conseguido cuenta con un trasfondo que refleja la apuesta que la UE quiere hacer por estrechar vínculos con América Latina.

La nueva relación comercial se apoya en un acceso libre de aranceles para cerca del 100 % de las exportaciones de una y otra parte, una ventaja que los Veintisiete esperan que aumenten sus exportaciones en hasta 4.500 millones de euros. Del lado de Bruselas, valoran muy positivamente el acuerdo para el sector lácteo, así como el reconocimiento de Indicaciones Geográficas sensibles.

De la perspectiva chilena, la liberalización proporcionará un mejor acceso al mercado común para exportar determinadas carnes y también para el aceite de oliva. En este caso, tendrán un contingente libre de aranceles para 11.000 toneladas, una cuota que las fuentes comunitarias han asegurado que no dañará un sector que produce en la UE cerca de dos millones de toneladas de aceite de oliva.

Así las cosas, la canciller Urrejola ha puesto en valor los elementos de la modernización que permiten fortalecer esta alianza que refleja “los valores y principios comunes”. La canciller, simpatizante socialista, ha declarado que también que este tipo de relaciones garantizan mejoras y compromisos en materia de Estado de derecho, estándares laborales, desarrollo sostenible e igualdad de género. Asimismo, ha apuntado a la “urgencia” de abordar la lucha contra el cambio climático, proteger el medio ambiente y los recursos naturales, así como la importancia de poner en práctica plenamente los Acuerdos de París y los objetivos nacionales vinculados al pacto internacional climático.

Chile, el primer destino en Iberoamérica en inversión española por habitante

España ha celebrado la conclusión de este acuerdo, ya que ha se ha implicado en esta alianza desde el principio de la negociación en el Consejo de la Unión Europea. Según la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, esta renovación “refuerza los lazos con Chile”, un socio estratégico en la esfera del comercio y la inversión.

“Frente a las dificultades económicas actuales, esta decisión permitirá aumentar la diversificación y resiliencia de las cadenas de suministro del bloque comunitario y de Chile, mejorando el acceso a insumos fundamentales y aumentando las oportunidades de exportación y de inversión para nuestras empresas”, ha apostillado Maroto.

Cabe destacar que el país chileno se sitúa en el puesto 30 del ranking de mercados más importantes para las exportaciones de España, mientras que nuestro país es el séptimo proveedor más grande de Chile. En cuanto a los términos de inversión española por habitante, Chile es el primer destino en Iberoamérica.