El Banco Central Europeo señaló el jueves pasado que están preparados para adoptar nuevas medidas de estímulo para apuntalar la economía en crisis de la región, desligándose de otros bancos centrales con el anuncio de posibles medidas de cautela si la economía europea sigue viéndose afectada por la incertidumbre creada ante las negociaciones comerciales estadounidenses y los eventos políticos perturbadores como el Brexit.

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, reconoció que las perspectivas para la economía de la eurozona se habían deteriorado desde diciembre, cuando el Banco Central Europeo dio por finalizado su programa de compra de bonos que inició en el 2015 para inyectar liquidez al sistema y estimular la economía.

Sorprende que tan solo un mes mas tarde de tomar la decisión de terminar con el programa de estímulo reconozcan públicamente que se pueden ver abocados en breve a implantarla de nuevo.

Draghi culpó a la persistencia de incertidumbres relacionadas con factores geopolíticos como la amenaza de proteccionismo comercial, la vulnerabilidad en los mercados emergentes y la volatilidad de los mercados financieros, que no es otra cosa que la última caída de las bolsas, del deterioro de la economía.

En realidad, la economía, y no solo la europea, venía dando ya señales evidentes de debilidad desde principios del 2018. Vemos en la eurozona que indicadores como el PMI (índice de gerentes de compras), uno de los principales barómetros del estado de la economía no ha hecho mas que descender en todo el 2018 acercándose de manera peligrosa al nivel de 50 que marca el límite entre el crecimiento y el no crecimiento de la economía, de hecho, los últimos datos anticipan que la economía alemana no crecerá a principios de año.

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PMI Eurozona

Lo mismo ha ocurrido con el índice de confianza empresarial que se ha reducido a la mitad de su valor en el transcurso del año pasado. Las tensiones derivadas del enfrentamiento comercial y en particular la amenaza de imposición de aranceles aduaneros a los vehículos europeos por parte de Estados Unidos ha pesado y mucho en el ánimo inversores de los empresarios europeos.

confianza empresarial eurozona

Índice de confianza empresarial eurozona

El Banco Central Europeo no adoptó ninguna medida concreta de política monetaria en su última reunión, Draghi manifestó que había sido dedicada solo a la evaluación de la economía y que, si bien el resultado de esa evaluación tendría implicaciones para la política del banco, éstas no fueron discutidas.

Dejó abierta las puertas para volver a utilizar instrumentos de estímulo como el ya mencionado de compra de bonos (programa de compra de activos) e incluso el TLTRO, préstamos a largo plazo a los bancos ligados a operaciones de crédito, que ya se experimentó con éxito anteriormente.

Aunque dijo que la probabilidad de recesión era baja, destacando que la tendencia en el empleo era sólida, los crecimientos salariales se mantenían, el precio de la energía se había reducido y las condiciones de financiación eran favorables, el cambio brusco en la orientación de su política monetaria, de anticiparse subidas de tipos de tipos de interés para mediados/finales del presente año a vislumbrase nuevas medidas de estímulo, ha inquietado a los inversores y así se ha reflejado en el mercado.

dax indice

DAX índice

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EUR/USD

El índice bursátil alemán DAX frenaba su movimiento alcista de recuperación que se inició a principios de año impulsado por las expectativas, de momento infundadas, de mejora en el tono de las negociaciones entre Estados Unidos y China, y el euro bajaba hasta la cota de 1.1200 tras las palabras de Draghi.

Los cambios imprevistos en la orientación de la política de los bancos centrales suelen traer consecuencias no deseadas en los mercados y en la economía. El Banco Central Europeo demuestra con ello, aunque lo nieguen, que sus decisiones están influencias por las de la Reserva Federal de Estados Unidos, que nos guste mas o menos siguen siendo los directores de la economía mundial.

Mientras la Reserva Federal, en boca de su presidente Powell, anunciaba que mantendría el ritmo de subidas de tipos de interés con el objetivo de alcanzar una política monetaria neutral y todo indicaba que así sería a pesar de los ataques continuos del presidente Trump que presionaba para que desistieran en su empeño, nuestro Banco Central que todavía no había retirado su programa de compra de activos, se apresuraba a anunciar el fin de esta medida , paso previo a la normalización de los tipos de interés.

El Banco Central Europeo no quería desmarcarse del sendero que Estados Unidos ya había iniciado hacia la normalización monetaria y en vez de centrarse en los indicadores económicos europeos que desde muy al principio del pasado año mostraban claramente un camino descendente, se anticipó anunciando al mercado una hoja de ruta basada en previsiones inciertas.

El compromiso tácito adquirido de finalizar el Quantitative Easing a final de año se convirtió en una promesa incómoda a medida que los meses transcurrían y las cifras macroeconómicas europeas empeoraban.

Un mes más tarde de “cumplir su promesa”, Draghi se ve obligado a anunciar una vuelta a las mismas medidas que muy probablemente, si todo sigue como hasta ahora, tendrán que llevar a cabo.

Nos espera por tanto un prolongado periodo de crecimiento pobre y tipos de interés bajos o negativos, todo pendiente de la resolución de las conversaciones sobre comercio internacional que mantienen Estados Unidos y China y de lo que decida el parlamento británico sobre el Brexit.