El Ministerio de Trabajo y Economía Social ha alcanzado un pacto con los sindicatos para reducir la jornada laboral sin merma salarial, que beneficiaría a 12 millones de trabajadores. La vicepresidenta segunda y titular de la cartera, Yolanda Díaz, firmará este viernes el texto del acuerdo con el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, y su homólogo de UGT, Pepe Álvarez. El consenso alcanzado sitúa el tiempo de trabajo en las 37,5 horas semanales y, lo más importante, establece 2025 como año tope para su implantación, marco temporal que ha detonado la guerra con el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo.
Más allá de la propia reducción, que deberán incorporar obligatoriamente los convenios colectivos vigentes, el acuerdo también contempla el establecimiento de un registro diario de jornada digital objetivo, fiable y accesible, que permita garantizar el cumplimiento de la medida y al que podrá acceder la Inspección de Trabajo de forma remota; el derecho irrenunciable a la desconexión digital fuera del horario laboral, buscando evitar consecuencias por no atender comunicaciones fuera del trabajo; y un régimen sancionador más duro al considerar una infracción por cada trabajador afectada y no una colectiva, que aliviaba el castigo a las empresas incumplidoras.
“Una vez más escribimos una nueva página en el libro de las grandes conquistas laborales de nuestro país”, ha celebrado Díaz. “Nos propusimos luchar contra la precariedad laboral en la legislatura pasada y lo hemos conseguido. Nos dijeron que era imposible reducir la jornada laboral y aquí estamos. Lo vamos a hacer”, ha añadido durante el acto de celebración de la firma. “Las reuniones y las interrupciones”, ha proseguido, “han sido tediosas”, pero merece la pena porque “cambiar la vida de los trabajadores importa, tanto que se gana derechos y la gente es un poco más feliz”.
A las celebraciones se ha sumado Álvarez, que ha asegurado que “nadie debería de perderse la fiesta que va a representar para los trabajadores un acuerdo de estas características”. “Forma parte de los anhelos y las esperanzas de los trabajadores de nuestro país”, ha valorado, garantizando que “llegaremos a las 37,5 horas sí o sí y lo haremos para todos los trabajadores porque nadie se tiene que quedar atrás”. Algo menos optimista, pero seguro de presentar batalla, se ha mostrado el líder de CCOO.
La CEOE va a jugar su papel para que no salga
“Ante el bloqueo del ámbito tripartito, nuestro deber era resolver un acuerdo directamente con el Gobierno”, ha defendido SORDO. “Somos conscientes de la dificultad que va a tener la tramitación parlamentaria y de que es probable que el texto sufra modificaciones”, ha introducido la parte negativa. “CEOE va a jugar su papel, va a presionar, va a trabajar con los grupos y es posible que la norma acabe siendo bloqueada en las Cortes”, ha lamentado, prometiendo movilizaciones si finalmente las propuestas son “regresivas para los intereses de la clase trabajadora”.
En el consenso no estará la patronal, después de que la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) se levantase de la mesa de negociación y plantase un ‘no’ irrevocable, pese a los intentos de Díaz por convencer a los empresarios con ayudas a microempresas y un acompañamiento a las pymes. “Es sencillito”, calificaba Antonio Garamendi, presidente de CEOE, que sindicatos y Trabajo alcanzasen un acuerdo. “En el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) no se habló de la reducción de jornada”, añadía, visiblemente molesto con el proceder de Gobierno y sindicatos.
Grandes dificultades en el trámite parlamentario
A once días de que se cierre el año se ha certificado el acuerdo, pero la reducción de la jornada laboral para los trabajadores no está garantizada. El Gobierno necesita mayoría en el Congreso de los Diputados para sacar adelante la medida, pero no cuenta con los apoyos necesarios. Junts per Catalunya no está por la labor de dejar pasar la reforma y la presión de Foment del Treball, patronal catalana, pesa mucho a los de Carles Puigdemont. Partido Popular (PP) y Vox, por descontado, también se han mostrado contrarios, buscando justificarse con la negativa de CEOE, pese a que también votaron en contra de acuerdos suscritos por la patronal.
No obstante, los problemas del Ejecutivo no se encuentran solo de puertas hacia fuera. En el seno de la coalición han vuelto las hostilidades y una vez más están protagonizadas por las carteras de Trabajo y Economía. Este miércoles, Cuerpo pedía una implantación “gradual” de la reducción con acompañamiento a las empresas y, pese a que no apuntaba directamente a unos tiempos que se llevasen la aplicación más allá de 2025, la poca claridad del ministro abría una brecha por la que 24 horas después entraba Díaz con toda la artillería.
Guerra abierta en el Gobierno
“Estamos a favor de la reducción en el marco del acuerdo de Gobierno y que se haga en 2025. El objetivo es compartido”, trasladaban fuentes de Economía a ElPlural.com, pero ya era tarde para intentar frenar el conflicto. “El ministro ya está incumpliendo el acuerdo de Gobierno”, replicaba la jefa de la cartera laboral este jueves, asegurando estar “sorprendida de que a estas alturas el PSOE diga que no quiere cumplir con el acuerdo de Gobierno”. “Lo ha dicho el ministro de Economía y en privado me lo dice mucho más claro”, aireaba las pugnas internas.
La vicepresidenta segunda no se mordió la lengua y trajo de vuelta para cerrar el año pugnas que no se recordaban desde que la antigua vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, dejase el Gobierno para poner rumbo a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). De ella, precisamente, se acordaba Díaz tiempo después. “Yo pensé que una vez que una vez que se había marchado Nadia Calviño las cosas iban a cambiar y ya ven ustedes, tenemos personas diferentes en el ministerio de Economía y los comportamientos son los mismos”, atacaba.
“No hay ningún cambio entre Calviño y Cuerpo”, apuntaba poco después. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, todavía no se ha pronunciado al respecto y la ministra de Trabajo confesaba que aún no ha tenido la oportunidad de hablar con él sobre la tensión con Economía por “se encontraba de viaje en Bruselas”. “Creo que la política concebida como una cosa de prometer cosas y luego incumplirlas hace que ensanche los votos la extrema derecha”, terminaba Díaz de agrandar el incendio.