Los precios del petróleo subieron a un máximo de casi seis meses después de que el gobierno de Trump pusiera fin a las exenciones que permiten a algunos países importar petróleo iraní, exenciones sobre el embargo que la administración norteamericana impuso a Irán para privarlo de los ingresos procedentes de la exportación de crudo.

La rápida reacción del mercado del lunes, unida a las severas objeciones de al menos dos países, China y Turquía, que se verán afectados negativamente, contradice las garantías de la administración Trump de que su último movimiento contra Irán tendría pocas repercusiones internacionales.

 

PETROLEO BRENT

Petróleo BRENT

El año pasado, la administración se retiró del acuerdo nuclear internacional de 2015 con Irán y restableció las sanciones contra Teherán, amenazando con medidas punitivas contra países que siguieran comprando petróleo iraní.

Pero Washington otorgó exenciones de seis meses a ocho jurisdicciones para continuar comprando crudo iraní, dándoles tiempo para reducir las importaciones. Las exenciones expiran el 2 de mayo y no se renovarán según comunicó el gobierno americano cuyo

objetivo es limitar la obtención de fondos a este país y frenar su influencia en Oriente Medio. Hasta ahora, las sanciones han privado al régimen de más de 10 mil millones de dólares en ventas de petróleo.

Los precios del petróleo reaccionaron de inmediato, con el precio de referencia global subiendo un 2,9% a más de 74 dólares por barril, un máximo de casi seis meses. Arabia Saudi y los Emiratos Árabes Unidos prometieron en su momento ayudar a mantener el mercado mundial adecuadamente abastecido a lo que habría que añadir proyectados aumentos en la producción de los Estados Unidos que servirían para mantener el equilibrio de mercado y evitar una excesiva subida del precio del crudo

Pero Arabia Saudi manifestó esta semana que no se comprometía a aumentar la producción de petróleo hasta que se coordinara con otros productores de petróleo. El suministro global de petróleo se redujo este año después de la pérdida de suministro de Irán y Venezuela que también ha sido objeto de sanciones de los Estados Unidos. El último brote de tensión en Libia, otro importante productor de petróleo ha aumentado la incertidumbre sobre el suministro.

Ante esta situación la Casa Blanca reitera su convicción de que el mercado llegará a una situación equilibrada gracias al incremento de producción propio y de los países árabes, pero la incertidumbre es alta y el mercado ha reaccionado con un importante aumento de precios que, de manera inmediata, como es habitual, se ha transmitido al consumidor y amenaza con convertirse en un nuevo obstáculo a la recuperación económica global originado por el gobierno de Donald Trump.

La respuesta de China y Turquía, dos países que han sido los principales clientes de Irán y han tenido exenciones en los EE. UU. han sido airadas. China se opone sistemáticamente a las sanciones unilaterales de Estados Unidos calificándolas de ilegales y reclamando su derecho a mantener una relación comercial abierta con Irán. De la misma manera Turquía rechaza las sanciones y advierte de que solo provocarán sufrimiento al pueblo iraní y aumento de la tensión en la zona.

Al mismo tiempo, la decisión de los Estados Unidos también pone en peligro las exportaciones saudíes ante la amenaza vertida por Irán de interrumpir el flujo de petróleo a través del Estrecho de Ormuz del Golfo Pérsico, la ruta utilizada para la mayoría de los envíos desde Irán y Arabia Saudita, hecho que de producirse supondría una escalada de tensión geopolítica que encendería las luces de alarma de los inversores y aumentaría de manera considera el sentimiento de aversión al riesgo en los mercados financieros.

Irán está en camino de convertirse en un tema central en la política norteamericana ante las elecciones próximas con dos posturas totalmente contrapuestas entre los partidos Demócratas y Republicanos y con toda certeza Trump utilizará sin dudarlo todos los recursos en sus manos para mostrar una posición de dureza e intransigencia con Irán.

Las consecuencias de esta decisión pueden llegar a ser nefastas para las esperanzas de recuperación económica global. La potencial recuperación del crecimiento en China del que dependen en gran medida la del resto del planeta se verá mermada si no pueden acceder al, para ellos, barato petróleo iraní pagado en su moneda nacional, el yuan. Las grandes compañías y refinerías de crudo China no se podrán permitir saltarse el embargo por las represalias que sin duda sufrirían en otros países y las mas pequeñas se verán abocadas a las pérdidas ante el aumento de los precios de importación del petróleo.

Y como viene siendo habitual, Europa será uno de los mayores perjudicados por el incremento del precio de crudo que, ante la falta de acuerdo de aumento de su producción y las tensiones que se derivarán por la extensión del embargo, se mantendrá durante bastante tiempo y posiblemente lo veamos en niveles mas altos.

Los países europeos, incluido España, son altamente dependientes de la factura del petróleo que deben importar en su totalidad. Los efectos de un incremento en el coste de esta materia prima influyen de manera directa no solo en el bolsillo de los consumidores con el consiguiente descenso de su poder adquisitivo sino en los costes de producción y en la competitividad europea que sigue dependiendo en gran medida de las exportaciones para su crecimiento. De nuevo el señor Trump vuelve a colocar piedras en el tortuoso camino hacia la recuperación económica europea y mundial, sin ningún tipo de miramientos ni escrúpulos.