El Consejo de Ministros extraordinario celebrado este jueves, convocado expresamente para la aprobación del texto definitivo de la reforma de las pensiones, ha transcurrido en un ambiente victorioso y complaciente entre los socios de Gobierno, satisfechos por la aprobación de una norma que convence a ambas partes, además de a la Comisión Europea y los sindicatos. Así lo ha ejemplificado el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en la rueda de prensa posterior al encuentro entre los líderes de las carteras. El Boletín Oficial del Estado (BOE) de este viernes dará comienzo a la vigencia del Real Decreto-ley aprobado y, antes de que transcurran los treinta días hábiles contemplados, deberá ser ratificado en el Congreso de los Diputados.

“Hemos aprobado el Real Decreto-ley que culmina la modernización del sistema de pensiones”, ha comenzado Escrivá su comparecencia, “con ello, blindamos el poder adquisitivo de los pensionistas actuales (11 millones) y futuros. Sus pensiones no solamente están garantizadas, sino que, con un marco extraordinariamente robusto de sostenibilidad, lo van a estar de manera indefinida”, ha celebrado. Contento con la totalidad, el ministro ha querido poner en valor los elementos de equidad introducidos en esta reforma, centrándose en cuatro aspectos.

“Damos solución a las personas que tienen carreras irregulares o volátiles, incorporamos una mejora de revalorización por encima de las pensiones medias de las mínimas y contributivas, reforzamos los componentes de brecha de género y con Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) beneficiamos a muchos jóvenes que verían como sus pensiones perdían valor con el anterior factor de sostenibilidad”, ha desgranado.

Descalificación de Feijóo

El único momento de enfado que ha protagonizado Escrivá durante su comparecencia ha sido provocado por las palabras pronuncias por Alberto Núñez Feijóo. El presidente del Partido Popular (PP) ha calificado la reforma de las pensiones como "un power point", lo que no ha gustado nada al ministro. “Es una falta de respeto a los agentes sociales, con los que se ha negociado esta norma, al parlamento, donde ayer se debatió su contenido, y a las autoridades europeas, con las que hemos estado discutiendo una reforma absolutamente detallada”.

Apoyo generalizado a la ley

El ministro no ha asegurado no temer a que un posible gobierno futuro de la derecha pueda hacer caer la reforma de las pensiones, debido al amplio apoyo que aúna tanto fuera como dentro de España, y ha descartado que su aplicación afecte a la competitividad empresarial o suponga un impuesto a la contratación, argumentario de la CEOE para justificar su ‘no’ al acuerdo. “Ayer estuve en el Pacto de Toledo debatiendo casi cuatro horas, escuché e intercambié opiniones, y la impresión que saqué es que había una satisfacción generalizada”, ha asegurado Escrivá.

Además, ha asegurado que “cuando una reforma está bien hecha, sus probabilidades de sobrevivir en el tiempo son mucho mayores”. Se muestra muy seguro el titular de Seguridad Social de que, a pesar de las amenazas vertidas por el PP, nadie tumbará esta reforma porque, según asegura, no hay alternativa a esta salvo recortar en pensiones, movimiento que no cree que un Gobierno de derechas se atreva a realizar.  

Inicios complicados

Así se pone fin a un proceso que comenzó a andar casi a la par que la legislatura y se cierra una reforma dividida en dos partes que Bruselas exigía a España para la percepción del cuarto desembolso de los fondos europeos, dotado con 10.000 millones de euros. Más fácil, aparentemente, resultó para el ministro sacar adelante la primera parte, centrada sobre todo en mantener el poder adquisitivo de las pensiones, que contemplaba la subida anual de las prestaciones indexada al valor del Índice de Precios de Consumo (IPC). Hace unos meses muchas voces apuntaban ya a que la segunda parte no conseguiría ver la luz por la situación de enquistamiento que atravesaba la negociación. 

Escrivá no conseguía contar con el apoyo de los agentes sociales, pero tampoco de los socios de la coalición. Las posición frontal de las patronales no ha variado en ningún momento y ni siquiera con el acuerdo alcanzado con todas las instancias ha conseguido ablandar a la CEOE, para la que el aumento de las bases máximas de cotización y la cuota de solidaridad suponen una línea roja inasumible. Por otra parte, el viraje final del titular de Seguridad Social, decidido a garantizar la sostenibilidad y la equidad del sistema, ha terminado por convencer a los sindicatos y la parte morada del Gobierno, a la que el periodo de cómputo no gustaba.