La reforma fiscal anunciada por el Gobierno de PSOE nace con polémica. ERC, EH Bildu, BNG y Podemos se niegan a apoyarla si no se incluye el impuesto permanente para las energéticas, mientras que Sumar ha impuesto gravar los seguros privados de salud, una iniciativa que bloquearía el voto favorable de Junts y PNV, fundamental para aprobar el plan. Ante las dificultades de llegar a un acuerdo, se ha aplazado al jueves el debate de este importante proyecto, que constitye uno de los requisitos que ha impuesto Bruselas a nuestro país para obtener 6.500 millones de los fondos europeos.

Uno de los puntos más polémicos es la aplicación de un tipo del 8% sobre la prima de los seguros sanitarios privados, que hasta ahora estaban exentos. La coalición liderada por la vicepresidenta Yolanda Díaz justifica el cambio porque se trataba de un beneficio fiscal dirigido principalmente a contribuyentes de renta alta. Sin embargo, según datos de Unespa, la patronal del sector, en España hay 12,4 millones de personas que tienen un seguro privado, por lo que, si la medida sale adelante, habrá una subida de precios generalizadas que afectará, sobre todo a las clases medias. De rebote, provocaría  un empeoramiento de la situación actual de colapso de la sanidad pública y aumento de las listas de espera.

También a propuesta de Sumar se creará un impuesto de lujo que afectará a bienes como aviones privados, yates o coches de alta gama. Esta medida afecta claramente a las clases más privilegiadas, pero no así, por ejemplo, la aplicación de un IVA del 21% a los pisos y apartamentos turísticos, una medida que repercutirá en el consumidor, al que se le trasladará el coste. ¿Quiénes son los clientes de este tipo de alquiler? Personas de entre 25 y 45 años, con un porcentaje significatico de familias que buscan soluciones vacacionales flexibles y ajustadas en precio. Serán las clases medias quienes pagarán la reforma y no las grandes fortunas.

Algo parecido ocurre con la fiscalidad del tabaco: se suben notablemente los impuestos a los cigarrillos, pero no a puros y cigarros, un producto asociado a clases acomodadas. En este aspecto, el sector reclama un marco regulatorio e impositivo más claro, que aplique la misma vara de medir a todas las opciones existentes en el mercado. Por ejemplo, critica que, ante la preocupación del aumento del consumo de cigarrillos electrónicos y vapeadores entre los más jóvenes, se grave el coste del líquido de este tipo de productos solo entre 15 y 20 céntimos, manteniendo un precio muy por debajo de otras opciones de consumo de nicotina. 

El debate se retoma el jueves

Este jueves se retomará el debate en el Congreso para sacar adelante esta importante reforma fiscal, que nace como una transposición de una directiva europea para crear un impuesto mínimo global para las empresas multinacionales, suscrita por más de 170 países con el objetivo de evitar que puedan irse a lugares donde tributen menos. El Gobierno de coalición busca recaudar hasta 4.500 millones de euros adicionales para sostener servicios públicos, ayudas sociales y políticas laborales, especialmente de cara a 2025, cuando la Comisión Europea retome el control de déficit y deuda.

Además de las medidas ya comentadas, este plan contempla un aumento de impuestos a las multinacionales y grandes empresas, con un tipo mínimo del 15% en línea con las directrices de la OCDE. Además, el impuesto especial a la banca permanecerá en vigor al menos 3 años más, aunque no será del 4,8% como hasta ahora, sino que variará entre el 1 y el 6% según los beneficios.

Pese al difícil equilibrio entre el Gobierno y sus socios, el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, confía en poder llegar a un acuerdo y obtener los apoyos necesarios para sacar adelante la reforma fiscal.

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