Cristina Narbona, presidenta del PSOE, y Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales y responsable económico de Unidas Podemos, han dado un paso más este viernes con la firma de un manifiesto dirigido al Banco Central Europeo (BCE) para condonar la deuda de los países de la zona euro.

El manifiesto ha sido impulsado por el economista Thomas Piketty y propone esta medida para paliar el impacto de la crisis económica del coronavirus, dentro del plan de emergencia contra la pandemia. Además, el manifiesto incluye el compromiso de los gobiernos para invertir estas cantidades “en la reconstrucción ecológica y social”.

El manifiesto, publicado por El País, ha sido suscrito por los responsables de PSOE y Podemos junto a más de 20 economistas españoles entre los que se encuentran José Moisés Martín Carretero, Jordi Sevilla o Jorge Fabra Utray. En esta línea, decenas de economistas de otros Estados miembros han firmado el manifiesto, como es el caso de Francia, Italia, Alemania, Irlanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, Suecia, Portugal y Grecia.

“Hagamos un contrato entre los Estados europeos y el BCE. Este último se compromete a condonar las deudas públicas que posee (o a transformarlas en deudas perpetuas sin intereses), mientras que los Estados se comprometen a invertir las mismas cantidades en la reconstrucción ecológica y social. Estas cantidades alcanzan ya casi 2.500.000 millones de euros para toda Europa. Esta cantidad es suficiente para satisfacer las expectativas del Parlamento Europeo y, sobre todo, para salvaguardar el interés general”, reza la carta enviada al BCE.

Condonar la deuda o postergarla de forma indefinida

Como indica el documento, la petición pasa por condonar la deuda, por un importe de 2.500.000 millones a nivel europeo o bien, postergar de manera indefinida la deuda pública sin intereses. Los firmantes consideran que el Banco Central Europeo es "un acreedor que no teme perder su dinero" y "puede permitírselo". 

"Como reconoce un gran número de economistas, incluso entre los que se oponen a esta solución, un banco central puede operar con capital propio negativo sin dificultad. Puede incluso crear dinero para compensar estas pérdidas", recuerdan los economistas, basándose en el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.

A pesar de la petición, reconocen el riesgo y recalcan que es una situación extraordinaria. "La cancelación de la deuda pública por parte del BCE, aunque esté condicionada a su reinversión, no puede ser el alfa y el omega de cualquier política económica", afirman. 

Los economistas no ven claro que los tipos de interés de bajos o incluso negativos puedan empujar a los Estados al endeudamiento para invertir y recuerdan que, desde 2015, "muchos Estados han reducido su nivel de endeudamiento en lugar de pedir préstamos para invertir".

El documento matiza que la medida tiene que ir acompañada de reformas en la deuda y el déficit público, de proteccionismo ecológico y solidario o de reformas fiscales destinadas a reducir el nivel de desigualdad."También hay que implementar una nueva gobernanza europea, en particular mediante la transición al voto por mayoría cualificada en asuntos fiscales", añaden.

"La anulación de las deudas públicas que tiene, a cambio de inversiones de los Estados, sería un primer signo fuerte de que Europa está recuperando su destino", termina la carta.