En una sesión cargada de confrontación de datos y argumentos, el Ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, desafió las percepciones que afirman que Cataluña recibe menos inversión que Madrid en infraestructuras. Puente, quien fue presentado por figuras como el presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, y el presidente de la Fundación Círculo de Infraestructuras, Santi Vila, arrojó luz sobre un tema que ha generado polémica y descontento en la región.

La afirmación del ministro, hecha durante una sesión del Círculo de Infraestructuras, no pasó desapercibida. "No es cierto" que se invierta menos en Cataluña que en Madrid, aseveró Puente, respaldando su declaración con datos contundentes: en el año 2023, se destinaron 250 millones de euros más a infraestructuras en Cataluña que en Madrid. Esta revelación desafía la noción de desequilibrio regional que ha sido objeto de debate durante mucho tiempo.

Puente no se detuvo ahí. Si bien reconoció que Madrid puede presumir de una ejecución del 100% en términos relativos, cuestionó la importancia de este porcentaje frente a los recursos materiales reales que se asignan a las infraestructuras. “¿Qué vale más”, preguntó Puente, “el porcentaje de ejecución o el acero y el hormigón que realmente se utilizan en los proyectos?”. Una pregunta que dejó a los presentes reflexionando sobre la verdadera medida del compromiso con el desarrollo de infraestructuras.

Sin embargo, el ministro no ignoró las críticas sobre la presunta falta de voluntad política en Cataluña. En este sentido, argumentó que, aunque el porcentaje de ejecución en infraestructuras pueda ser más bajo en la región, Cataluña lidera en volumen de ejecución, con un impresionante total de 940 millones de euros invertidos en 2023, lo que representa el 46% del presupuesto asignado. Esta afirmación desafía directamente la idea de un desequilibrio en la asignación de recursos.

Puente también abordó el aumento de la litigiosidad en las licitaciones como un obstáculo significativo para el desarrollo de proyectos en Cataluña. Lamentó el hecho de que, incluso en proyectos aparentemente menores, como la construcción de rotondas o variantes, se encuentre una conflictividad que no se observa en otras regiones.

El debate se amplió hacia la importancia de una planificación racional de nuevas infraestructuras. Puente lamentó las "propuestas inconvenientes" impulsadas por motivos simbólicos en lugar de la eficiencia del gasto público y el retorno económico y social. Hizo un llamado a la sensatez, abogando por proyectos viables y soluciones pragmáticas para problemas reales, en lugar de fantasías políticas.

En cuanto al traspaso de competencias, especialmente en el caso de Rodalies, Puente reconoció la complejidad del proceso y la necesidad de abordarlo con meticulosidad y lealtad institucional. Destacó los avances en el Plan de Rodalies mientras advertía sobre la persistencia de incidencias en la red ferroviaria, especialmente en Cataluña, instando a una reflexión profunda sobre las causas y posibles soluciones.

En resumen, el discurso de Puente desafía percepciones arraigadas sobre la distribución de inversiones en infraestructuras entre Cataluña y Madrid, al tiempo que destaca la importancia de una planificación racional y soluciones pragmáticas para abordar los desafíos reales en el desarrollo de infraestructuras en toda España.

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