Pajas entre Colegas’ es el nombre elegido por Nacho, su creador, para denominar al club que agrupa a decenas de hombres mayores de 18 años que “disfrutan de la compañía de otros hombres en un ambiente seguro, privado y erótico”. Los miembros de este selecto club “buscan una hermandad fálica”, asegura Dreebo, sobrenombre con el que se conoce también al fundador. El homoerotismo es, sin ninguna duda, la atracción principal; sin embargo, eso no significa que el club acoja únicamente a hombres homosexuales, asegura Nacho, que se define como heterosexual. De hecho, su página web oficial reza, y el mismo remarca: “No juzgamos y damos la bienvenida a todos los hombres a nuestro grupo. Esto incluye hombres homosexuales, bisexuales, heterosexuales o indecisos no categorizados”.

La edad, superada la mayoría legal establecida, la raza, el origen étnico, el tipo de cuerpo o la condición física son otros aspectos señalados por el fundador como irrelevantes. Solo existen dos líneas rojas claramente marcadas por la asociación: el consentimiento mutuo y explícito y la higiene. “Se requiere consentimiento antes de tocar el pene de otro miembro […] Pregunta antes de tocar a alguien que no ha dado su consentimiento”, explicita la web. “Su cuerpo y manos deben estar limpios cuando asista, con los dientes cepillados y las uñas cortas y suaves”, añade. Además, ruega la no asistencia en caso de contracción, o sospecha, de una enfermedad contagiosa, independientemente de si es sexual o no. “Incluye resfriados, gripes, brotes de herpes e infecciones por estafilococos. El VIH no se considera transmisible en el contexto de las actividades”, apuntan.

Localización e instalaciones

Este club privado abrió sus puertas el pasado mes de abril, huyendo sus miembros de los domicilios particulares en los que se veían obligados a celebrar sus encuentros sexuales. El Teveo, un antiguo bar de 100 metros cuadrados situado en la ciudad madrileña de Alcorcón, fue la localización elegida. Así, el municipio del sur de la capital perdió un bar de rock y acoge ahora un club de masturbación masculina. No todo cambió, ya que, el nuevo negocio mantiene el logo que lucía en el antiguo local, según confirman fuentes a este periódico. Cuatro puños agarrándose entre sí formando un cuadrado. Que ni pintado.

En el interior del local, con una capacidad para 70 personas, el ambiente se ameniza con música jazz suave y una iluminación tenue. En las paredes, decoradas por grafitis, reposan dos grandes pantallas en las que se suceden vídeos de hombres masturbándose. Taquillas privadas para guardar enseres personales, burros en los que depositar los ropajes, sillones dispuestos en los laterales y una barra en la que adquirir un refrigerio son algunas comodidades más que ofrece el club.

Horarios y cuotas

Como cabía esperar, los horarios y el acceso no responden a la lógica habitual de los locales de hostelería. El cierre se levanta con motivo de la celebración de eventos anteriormente fechados, como el que se celebró este jueves previo a la finalización del año y que contó con la actuación de Xtianko. Un concierto erótico que anunciado a través de la página oficial de la asociación y que requería la adquisición de una entrada anticipada con un precio de 60 euros. “Jadeos, voz, erotismo, música, sensualidad, morbo, desnudos, caricias, juegos y pajas”, prometía el anuncio. Las reglas establecidas, las mismas que habitualmente.

No obstante, la adquisición de una entrada no es la única manera de acceder a las celebraciones. El club cuenta también con suscripciones anuales que van desde la premium de 200 euros, que incluye todos los servicios contemplados, hasta una menor de 10 euros que exige el pago de entrada. Además, se contemplan membresías especiales para universitarios (25 euros), acreditando la formación en curso, y menores de 25 años (30 euros). En función de la cuota seleccionada se puede acceder a material multimedia, acceder a más o menos eventos, invitaciones para acompañantes, etc.

Reglas

Si alejarse de la percepción de bacanal es una de las principales luchas de estos clubes, la definición de reglas estrictas es más que necesaria. Más allá de la indispensable higiene y el consentimiento mutuo ya mencionados, PeC cuenta también con una serie de mandamientos a seguir. Se abordan diferentes ámbitos, pero todo ellos giran en torno a los dos preceptos establecidos por sus homólogos estadounidenses: no lips under the hips (nada de labios por debajo de la cintura) y nothing goes inside anybody’s anything (nada va dentro de nadie). Siguiendo esta línea, se establecen los siguientes puntos:

  • Juego permitido y consentido: Masturbación propia y mutua, toque erótico, mostrar y mirar sin tocar, masturbación paralela, frotar cuerpos y contacto oral por encima de la cadera.
  • Juego prohibido: Inserción, contacto anal (ni si quiera con tu propio ano), contacto oral por debajo de la cintura y contacto sin consentimiento.
  • Desnudez: Como máximo se podrá portar una prenda, quedando excluidas aquellas que puedan incentivar la sexualidad. Obligatorio calzado.
  • Eyaculación: Obligatorio advertir verbalmente antes de eyacular, hacerlo sobre uno mismo o sobre el suelo, salvo consentimiento de otro miembro para realizarlo sobre su cuerpo y limpiar los restos. Queda prohibido eyacular sobre la cara o el ano de otro miembro y la ingestión de semen.
  • Discreción y anonimato: No revelar la identidad de ningún miembro a nadie, ni dentro ni fuera del club.
  • Ni alcohol ni drogas: No se permite el consumo de drogas ni de alcohol en los eventos. De igual manera, tampoco se podrá asistir bajo los efectos de ninguna de estas sustancias.