España cerró el año 2024 superando las previsiones de todos los analistas nacionales e internacionales y ha comenzado el 2025 con el mismo impulso. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, conocida por sus siglas como OCDE, ha presentado este lunes sus nuevas perspectivas económicas para el conjunto del mundo y ha vuelto a situar a España como motor de las principales economías europeas, reconociendo un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,2% durante el pasado curso, dos décimas por encima de lo estimado en diciembre, y una gran proyección a futuro.

El think tank de las economías desarrolladas espera que la economía española crezca un 2,6% en el año en curso, porcentaje que se ha incrementado tres décimas en pocos meses. La marcha de España dista mucho de la del resto del continente y se distancia en 1,6 puntos de la media que registrará el conjunto de 20 países que comparten el euro como divisa común, con una previsión de avance conjunto del 1%. En comparación con otros países de la Unión Europea (UE), España crecerá 2,2 puntos más que Alemania (0,4%), 1,9 puntos más que Italia (0,7%), 1,8 puntos más que Francia (0,8%).

Este domino, además, se extiende más allá de los Veintisiete y el país avanzará un punto y medio más que Japón (1,1%), 1,2 puntos más que Reino Unido (1,4%) y cuatro décimas por encima de Estados Unidos (2,2%). La superioridad de la economía española, que se arrastra desde hace un par de años, seguirá sin ser algo excepcional y se mantendrá también durante 2026. El próximo curso, el PIB nacional alcanzará el 2,1%, una décima mejora de lo pronosticado anteriormente, manteniendo una senda muy prolongada en el tiempo.

Comparando el dato con los mismos países, los occidentales más importantes en términos económicos, España crecerá un punto más que Alemania (1,1%), 1,2 puntos más que Italia (0,9%), 1,1 puntos más que Francia (0,8%) y nueve décimas más que Reino Unido (1,2%). Más allá de las principales potencias del viejo continente el país ibérico avanzará un punto y medio más que Japón (1,1%), 1,9 puntos más que Japón (0,2%) y medio punto por encima de la economía estadounidense, que además atraviesa momento de gran inestabilidad desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

En otras materias, la OCDE también repara en la buena marcha del mercado laboral español. “Las tasas de desempleo son particularmente bajas en comparación con 2018-19 en Turquía y Brasil, así como en algunas economías del sur de Europa, como Italia y España”, destaca el organismo. En esta línea, también ahonda en que “los fuertes aumentos del salario mínimo impulsaron el dinamismo salarial en algunas economías europeas”, estando los salarios medios “muy por encima de los niveles prepandémicos en Brasil, Estados Unidos, España, Reino Unido y Canadá”.

Inflación, la asignatura pendiente

La progresión de los precios, en línea con otras previsiones que se han hecho públicas en las últimas semanas, es la asignatura pendiente de la economía española. Si bien se mantiene en niveles controlados, la tendencia se ha invertido y la reducción del Índice de Precios de Consumo (IPC) se ha enquistado. Así lo expone también la OCDE, que proyecta que la inflación para este 2025 se sitúe de media en el 2,5%, cuatro décimas por encima del 2,1% apuntado en diciembre. De cara a 2026 sí caería a ese nivel.

En comparación con la zona euro, las nuevas proyecciones de inflación posicionan tres décimas por encima de la media, 2,2% en 2025, y una décima en 2026, cuando se prevé registrar un 2%. La buena nota en esta materia la presenta la inflación subyacente -aquella que no incluye los alimentos no elaborados ni la energía-, que se ubicaría este curso en el 2,2% y el siguiente en el 1,9%, por debajo de lo previsto anteriormente en ambos casos, ya que el último mes de 2024 la OCDE pronosticaba un 2,3% y un 2%, respectivamente.

"Las trayectorias de inflación proyectadas son en general más altas que lo esperado previamente, y el impacto de un crecimiento más lento se ve compensado por la incorporación de nuevos datos y el efecto inflacionario gradual de los aumentos tarifarios", explica la OCDE, refiriéndose al conjunto de los países. Así, el think tank lamenta que la inflación subyacente todavía se mantendría por encima de las metas de inflación de los bancos centrales al final del período de proyección en más de la mitad de las economías avanzadas del G20, incluida Estados Unidos.