El Banco de España ha publicado este martes sus últimas proyecciones macroeconómicas, que definen una senda más positiva que la ya contemplada con anterioridad para varios indicadores económicos españoles. El organismo presidido por el exministro José Luis Escrivá prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) crezca más de lo esperado y alcance el 2,7% en 2025, dos décimas por encima de las anteriores estimaciones. Asimismo, el empleo seguirá creciendo, en detrimento del paro, que caerá hasta el 10,5%; el déficit caerá por debajo de la barrera del 3% y la inflación se ubicará en el 2,5%.

Mejora del PIB

El Banco ha desgranado múltiples indicadores, pero entre todos ha sorprendido el crecimiento de la proyección del PIB para este curso, que se esperaba en el 2,5% en la última publicación y ha pasado al 2,7%, confirmando a España como la principal economía de la Unión Europea (UE) que más crecerá. De cara a los dos cursos consecutivos, 2026 y 2027, la economía avanzará a un 1,9% y un 1,7%, respectivamente, mismos datos que en la anterior estimación.

La elevación de las previsiones responde, explica la autoridad monetaria, a la buena marcha durante el primer trimestre del año (entre el 0,6% y el 0,7%). Así, la economía española parece la menos afectada del viejo continente por la coyuntura internacional hasta tal punto que el propio organismo le ha reconocido que "haya seguido sorprendiendo al alza y mostrando un ritmo de crecimiento robusto” en esta coyuntura tan “incierta y compleja”.

No obstante, el análisis no recoge los potenciales efectos que podrían tener los aranceles con los que Donald Trump ha amenazado al viejo continente, razón por la que el organismo de Escrivá se cubre y advierte de “una extraordinaria incertidumbre” y “riesgos a la baja en términos de crecimiento económico. El director general de Economía del organismo, Ángel Gavilán, sí que ha abordado esta coyuntura en la presentación del informe y ha reconocido que la política arancelaria tendría un efecto negativo en la actividad y positivo en la inflación.

Si bien también ha matizado que el país capearía una vez más esta crisis mejor que sus socios, siendo menor el impacto el impacto de las políticas proteccionistas en España que en el conjunto de la UE. Más allá de las conjeturas y si se mantiene una estabilidad relativa, se espera que el PIB crezca en este periodo de tres años gracias a la demanda interna, dentro de la que destacará el consumo privado. Por su parte, la demanda externa caería a valores negativos.

El empleo sigue creciendo

El mercado laboral también mantendrá una tendencia positiva si se atiende a las previsiones del Banco de España. La creación de puestos de trabajo durante el periodo 2025-2027 será algo menor que la vivida durante estos últimos tiempos de incremento por millones de personas, pero se mantendrá en niveles positivos. Así, el crecimiento del empleo durante 2025 será del 1,9%, tres décimas menos que el año pasado, y se ubicará en el 1,2% en 2026 y el 1% en 2027, sosteniendo la tendencia durante más de un lustro.

Simultáneamente, el paro seguirá la tendencia totalmente opuesta y seguirá cayendo y, aunque a un ritmo menor, llegará a ubicarse por debajo del 10%. En detalle, caerá al 10,5% este curso, tres décimas menos de lo esperado anteriormente, al 10% en 2026 y al 9,5% en el último año del periodo. Ambas variables propiciarán un aumento de la productividad por ocupado en los próximos años, por encima del avance del periodo 2000-2019, datos dados por el organismo que evidencian la viabilidad de reducir la jornada.

Cumpliendo objetivos de deuda y déficit

El buen avance en materia económica no impedirá que el país cumpla con sus objetivos de déficit y deuda pública, más importante que nunca con la vuelta de las reglas europeas a Europa. No obstante, el Banco espera que el déficit público cierre en el 3,4% el 2024, por encima de lo que espera el Gobierno y Bruselas, para luego reducirse al 2,8% en 2025 y el 2,6% en 2026 y 2027, lo que supone una reducción extra de una décima en cada año.

Por su parte, la deuda de las administraciones en porcentaje del PIB se reduciría desde el 101,8% observado en 2024 hasta el 101,3% en 2025. En 2026, la ratio de deuda sufriría un ligero repunte, hasta el 101,6%, para posteriormente caer al 101% en 2027. La mejora del saldo a lo largo del horizonte de proyección seguirá respondiendo, según la autoridad monetaria, a la desaparición de las medidas temporales de apoyo ante la crisis energética aún vigentes y de los gastos extraordinarios asociados a diversas sentencias judiciales y a la DANA.

La inflación desentona

La mala noticia de las proyecciones positivas la ha protagonizado la inflación. La autoridad comandada por Escrivá espera que la tasa genera de 2025 se ubique en el 2,5%, cuatro décimas más de lo esperado meses atrás, por el mayor precio de las energías. Por su parte, la previsión de la inflación subyacente -aquella que no incluye los alimentos no elaborados ni la energía- bajará del 2,3% al 2,2% en 2025.

En cuanto al resto del horizonte de proyección, se mantienen inalteradas las tasas de inflación general previstas para 2026 y 2027, en el 1,7% y el 2,4%, respectivamente. No obstante, la ausencia de cambios en dichas tasas enmascara una leve revisión a la baja en la inflación de la energía en esos dos años, que se compensa por una leve revisión al alza en la inflación subyacente en una décima cada año, hasta el 2% en 2026 y el 1,9% en 2027.

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