Los astilleros de la empresa pública Navantia han firmado este lunes un acuerdo con la también empresa estatal Saudi Arabian Military Industries (SAMI) para constituir una 'joint venture' que desarrollará sistemas de gestión de combate. De este modo, la sociedad conjunta SANNI (SAMI Navantia Naval Industries) integrará y adaptará los sistemas de gestión de combate de Navantia para las corbetas de las fuerzas armadas saudíes, según anunció Antonio Barberán, jefe ejecutivo de la alianza, en la exhibición militar IDEX en Abu Dabi, informa Reuters.

Los saudíes, socios mayoritarios

Asimismo, reveló que SANNI mantiene conversaciones con otros potenciales clientes de Oriente Medio. SAMI controla el 51% de SANNI, mientras que Navantia posee el 49% restante. El pasado mes de noviembre, SAMI y Navantia suscribieron un acuerdo para construir cinco corbetas para la Armada saudí, una operación que alcanza un importe de 1.800 millones de euros y que representa la mayor de la historia de los astilleros públicos españoles con un cliente extranjero. Desde Navantria se confía en que este proyecto conjunto permitiría a la nava española ampliar clientes en estos mercados y no se descarta realizar alianzas parecidas en otras regiones del mundo. 

En cuanto a su impacto en empleo, se calcula que durante cinco años se generarán anualmente cerca de 6.000 ocupados directos e indirectos gracias a este contrato. De ellos, más de 1.100 serán empleados directos, más de 1.800 empleados de la industria auxiliar de Navantia y más de 3.000 empleados indirectos generados por otros suministradores.

Arabia Saudí es el segundo país al que más armamento español se ha exportado desde 2014, con ventas por valor de 646 millones de euros. El primero es Australia, a quien se han realizado ventas de 1.946 millones. A su vez, España es el cuarto proveedor de armamentos y tecnología mlilitar para los saudíes, tras Estados Unidos, Reino Unido y Francia. 

La venta de tecnología militar al reino Saudí siempre está acompañada de polémica, dado que es una monarquía absoluta donde se impone una de las versiones más rigurosas del Islám (el wahabismo), se producen repetidas violaciones de los derechos humanos, está envuelto en una guerra civil en Yemen; donde es acusado de atacar a civiles y realizar bombardeos indiscriminados, y el heredero al trono, el príncipe Mohamed Bin Salman, es sospechoso de haber ordenado el asesinato y descuartizamento del periodista crítico Jamal Khashoggi en su propia embajada en Turquía.