Los inspectores del Banco de España cobran la cuarta parte de lo que el Gobierno ha pagado a los auditores internacionales que han repasado las cuentas de la banca española para recibir la ayuda europea. Además, las auditorías realizadas por estos expertos independientes han tenido como base de trabajo los denominados “estados de supervisión”, que son los informes elaborados por la propia inspección del Banco de España en base a las cuentas de resultados y balances de las entidades de crédito españolas.

La factura pagada a los auditores internacionales por el informe de evaluación de las necesidades de capital de la banca española es una nueva piedra en el camino del entendimiento entre el puente de mando del Banco de España y su cuerpo de inspectores, formado por 240 técnicos, que llevan años de distanciamiento con sus jefes máximos. Lo importante para estos cualificados funcionarios no es quién pague finalmente la minuta, que será reintegrada al Banco de España por la banca a través del Fondo de Garantía de Depósitos, sino la desproporción existente entre lo que han recibido las firmas de auditoría y lo que cobran los propios inspectores, cuyo trabajo ha servido de base a los auditores externos.

Salario astronómico
Según las cifras hechas públicas por el Banco de España, descontando las cantidades abonadas por trabajos de coordinación y apoyo a Promontory Financial Group y Boston Consulting Group, la factura de las cuatro firmas auditoras (Oliver Wyman, PriceWaterhouseCoopers, KPMG y Deloitte) suma 29,6 millones de euros, que han sido pagados a cambio de 238.000 horas de trabajo de auditoría. Eso quiere decir que estas cuatro firmas han recibido una contraprestación de 125 euros por hora trabajada. Si los inspectores del Banco de España recibieran la misma cantidad por sus horas de trabajo tendrían un salario anual medio de unos 210.000 euros brutos, que son algo así como cuatro veces lo que se ofrece a quienes se apuntan a formar parte de este cuerpo a través de oposiciones.

Última convocatoria
El último anuncio de oposiciones para inspectores fue convocado por el Banco de España en enero de este mismo año y tenía como finalidad la provisión de “doce plazas en el nivel 9 del grupo directivo del Banco de España, para desempeñar cometidos de inspector de entidades de crédito”. El texto con las bases del concurso-oposición señalaba, entre otras cosas, que “las plazas objeto de esta convocatoria se corresponden con las funciones de supervisión de las entidades de crédito y de otras entidades y mercados que el Banco de España tiene legalmente encomendadas”. Tras señalar que el trabajo puede exigir desplazamientos tanto dentro como fuera de España, el anuncio añadía que “la retribución salarial será la de entrada correspondiente al grupo y nivel a que se refiere la convocatoria”. Esto supone, según fuentes consultadas por ELPLURAL.COM, un salario bruto anual de 55.000 euros.

Oposición muy difícil
Para acceder a dichas plazas, los aspirantes, que deben ser titulados universitarios, tienen que pasar dos ejercicios eliminatorios. Uno en el que deben demostrar sus conocimientos de contabilidad, derecho mercantil, matemáticas, estadística, cálculo financiero y sistema financiero español. Después tienen que pasar otro de inglés hablado, leído y escrito. Tras aprobar las pruebas selectivas, tienen que hacer un curso de formación en el que deben demostrar aprovechamiento en el aprendizaje, entre otras materias, de contabilidad y auditoría bancaria, métodos estadísticos y econometría, análisis económico-financiero de la empresa, fundamentos económicos y macroeconomía, mercados y productos financieros, legislación mercantil y bancaria, supervisión financiera y riesgos bancarios.

Plazas contadas
A lo largo de los últimos 16 años, el Banco de España ha convocado oposiciones para la provisión de 190 plazas de inspectores de entidades de crédito. En 1996 fueron 30 plazas, a las que hay que sumar otras quince de cada uno de los años 1998, 1999 y 2000, otras 22 plazas en 2001 y 2002, veinte plazas en 2005 y 2007, doce plazas en 2008, diez en 2010 y doce en 2011 y 2012. A diferencia de otras oposiciones, en las que el número de aspirantes es infinitamente superior al de plazas ofertadas, en este caso se suelen registrar entre 250 y 350 instancias en cada uno de los procesos de selección anunciados. Con estas convocatorias se pretende suplir a los inspectores que abandonan el cuerpo, bien por jubilación o por cambio de trabajo. Durante los últimos años ha sido muy frecuente el abandono de muchos de ellos para irse al sector privado, donde están mejor pagados y se les reconoce mejor su labor profesional. Según fuentes financieras, sólo en el primer semestre de este mismo año abandonaron el cuerpo 17 inspectores.

Reconocimiento e independencia
El cuerpo de inspectores del Banco de España, que confiaba en el cambio de la cúpula del organismo como parte de la solución para los problemas que vienen denunciando durante los mandatos de los últimos dos gobernadores (Jaime Caruana y Miguel Ángel Fernández Ordóñez), han visto cómo su trabajo ha vuelto a quedar en solfa al pagar, y mucho, a unos expertos internacionales por una labor que podían haber hecho ellos mismos. Desde del Ministerio de Economía se pone el acento en que era una exigencia de la Unión Europea y del Banco Central Europeo, mientras que en el sector financiero se asegura que una parte importante de la culpa de esta situación la tiene precisamente la labor de los gobernadores del Banco de España que no han defendido con la fuerza que debían la independencia de la institución. El actual gobernador, Luis Linde, ha prometido un cambio en la ley que regula el Banco de España para atender algunas de esas peticiones profesionales, pero la norma se retrasa.