Hoy se ha celebrado en la sede de IESE Business School en Aravaca (Madrid) el segundo encuentro Energy Prospectives, unos exclusivos diálogos sobre el futuro del sector energético a los que sólo se puede acudir mediante invitación, que se envía a expertos empresarios, directivos y académicos. Este ciclo de conferencias forma parte de las actividades que la Fundación Naturgy realiza sobre temáticas relacionadas con la energía y el medio ambiente, desde el debate serio y riguroso, con el objetivo fundamental de promover el uso racional de los recursos energéticos y fomentar un desarrollo sostenible.

En la inauguración de la sesión de hoy, el presidente de la Fundación Naturgy, Rafael Villaseca,  afirmó que con sesiones como las de ‘Energy Prospectives’, la Fundación quiere poner “luces largas en el sector energético”, ofreciendo una visión de futuro que nos permita afrontar la transición energética y las cuantiosas inversiones que va a llevar asociadas. Para Villaseca, el sector tiene “la obligación y la necesidad de actuar de manera muy urgente”. Afirmó que el sector energético ha liderado la reacción ante los retos del cambio climático y se mostró convencido de que se van a crear oportunidades y de que también es necesario debatir sobre calendarios, sobre cómo vamos a afrontar la transición energética y sobre cómo el sector va a internalizar los coses de los cambios en los que está inmerso.

Junto a Villaseca, la apertura corrió a cargo también de José Luís Suárez, director general de IESE en Madrid, quien señaló "junto con revolución digital, esta transición energética es el gran fenómeno trasversal" al que tenemos que hacer frente, para lo cual estos debates de alto nivel nos pueden proporcionar herramientas para guiarnos en el futuro.

En la edición de hoy han intervenido Ignacio Pérez Arriaga, director de la cátedra BP de Desarrollo Sostenible de la Universidad Pontificia de Comillas y el impulsor de la agenda 20-20-20 de la UE, Christopher Jones. 

"Nuestro trabajo no es prever el futuro sino facilitarlo”, ha expresado Arriaga. El catedrático español cree que es necesario "un sistema que pueda proporcionar precios eficientes", así como "tasas reguladas para sistemas y consumidores cada vez más inteligentes".

"Si las redes eléctricas fueran un sistema nervioso, los precios son los impulsos de ese sistema", explicó. Según Pérez Arriaga, los costes fijos penalizan a los consumidores de bajos ingresos, mientras que los costes variables, en función de la demanda, les benefician. "No podemos cargar los costos de la evolución del sistema a quienes más los sufren", resumió. 

Por su parte, Christohper Jones manifestó su preocupación porque la UE no tiene un sistema coherente de fijación de precios para la energía, hay muchas variaciones regulatorias y de precios y barreras políticas para hacerlo. "En Europa aún no tenemos un plan para beneficiarnos de la descarbonización. Y deberíamos tenerlo, como lo tiene China, por ejemplo", advirtió el experto británico.

"Hemos hecho la parte más fácil de nuestros desafíos energéticos. La parte más difícil es la que tenemos por delante. Debemos combinar sostenibilidad, competitividad y seguridad energética en un triángulo perfecto"

"Los europeos nos fijamos unos objetivos de reducción de emisiones muy ambiciosos, así como de instalación de renovables", recordó Jones, que, lejos de considerar que la ambición haya sido un lastre, cree que nos ha hecho avanzar en la dirección correcta, dado que estos objetivos "no sólo se han conseguido, sino que además han logrado que se avance en la industrialización de las energías renovables y en inversiones en terceros países".

En el caso español deberíamos estar más conectados con el resto de Europa, aconsejó el experto. Así como no depender tanto de países inestables como Argelia para nuestro suministro de gas. Y, señaló, tenemos claramente un problema de precios: "No podemos subir los precios indefinidamente, a menos que tengamos necesidad de ello u ofrezcamos algo mejor que lo que tenemos ahora a cambio". 

Para cumplir los objetivos de París en la Unión Europea, todos los sectores (electricidad, transporte, edificios e industria) "tendrán que estar total o casi totalmente libres de carbono para 2050” calciuló Jones. En este sentido, el desafío de la Comisión Europea será crear un modelo para asegurar que distintas tipos de energía pueden competir al mismo nivel para satisfacer cualquier demanda. “Nos fijamos metas muy difíciles en las renovables. Y esto se puede convertir en una oportunidad si se tiene un buen plan que se traduzca en precios competitivos, empleo y tecnología en Europa, no en China”.