El temporal inflacionista continúa aminándose en Europa, pero lo hace a un ritmo lento y heterogéneo. Un mes más, la tasa de inflación de la eurozona ha vuelto a caer, nueve décimas en mayo, y se sitúa en el 6,1%, lejos ya de los valores del 10% con los que cerró el 2022. La progresión se mantiene positiva, pero el objetivo de reducir la cifra hasta el 2% se aleja tras la revisión al alza que anunció este jueves el Banco Central Europeo (BCE), a pesar de que la tasa se sitúa en los valores más bajos desde febrero de 2022.

No obstante, el aminoramiento del incremento de precios no es una realidad generalizada y extendida a los veinte países que comparten el euro como moneda, tal y como reflejan los datos confirmados publicados este viernes por Eurostat -oficina estadística europea-. De entre tantos, uno de ellos, Luxemburgo, ha conseguido clavar en el quinto mes del año el deseado 2% perseguido por el Banco Central Europeo (BCE). Tan solo tres países más han logrado reducir sus valores por debajo de la barrera del 3%, Bélgica (2,7%), segunda economía con la menor progresión de precios, Dinamarca (2,9%) y, como viene siendo habitual, España.

La economía española ha registrado en mayo un Índice de Precios Armonizado (IPCA) del 2,9%, lo que la convierte en la tercera con el dato más bajo de la zona euro, empatada con Dinamarca. Las diferencias con el resto de grandes economías son notables, tanto que Alemania ha marcado un 6,3%, Francia un 6% e Italia un 8,1%. Peor situación atraviesan países como Hungría (21,9%), República Checa y Polonia (ambos 12,5%) o Letonia y Eslovaquia, que marcan un 12,3%. Aún por encima del 10%, aparecen Estonia (11,2%) o Lituania (10,7%), sumándose al vagón de cola de la eurozona y con valores de inflación que todavía superan las dos cifras.

La caída de índice general se debe, explica la oficina estadística, a la bajada de precios interanual del 1,7% registrada por la energía, que venía de incrementar su valor un 2,3% el mes anterior, y el alivio de la escalada de los alimentos alivió que han reducido su valor con respecto a abril levemente, del 10% al 9,6%. En el caso de los servicios, los precios han subido en mayo un 5% interanual, dos décimas menos que en abril, y los bienes industriales no energéticos se han encarecido un 5,8%, cuatro décimas menos que el mes anterior.

Eurostat detalla que en el quinto mes del año la mayor contribución a la tasa de inflación la aporta el grupo de alimentos, alcohol y tabaco, seguido de servicios (+2,15%). A la cola aparecen los bienes industriales no energéticos (+1,51%) y energía,que es el único subgrupo qeu presenta avances negativos (-0,09%).

Excluidos del cálculo el impacto de la energía, la tasa de inflación en mayo se ha situado en el 7%, frente al 7,4% de abril, mientras que al dejar fuera también el impacto del precio de los alimentos, el alcohol y el tabaco, la tasa subyacente de inflación se ha moderado al 5,3% desde el 5,6% del mes anterior, cumpliendo así dos meses consecutivos de aminoramiento. En España, la inflación subyacente, que en nuestro país no incluye los alimentos no elaborados ni la energía, ha cerrado mayo en el 6,1%.

El BCE no frenará la subida de tipos

A pesar de que el dato de inflación de la eurozona sigue reduciéndose, el ritmo y el valor no es suficiente para que el BCE frene su apuesta antiinflacionista. Este jueves, el Consejo de Gobierno se ha reunido y  ha aprobado una nueva subida de los tipos de interés que dispara el precio del dinero al 4%. De igual manera que en la anterior reunión, el Consejo de Gobierno del organismo ha aprobado un avance de 25 puntos básicos y catapulta los tipos hasta su valor más alto desde el 2000.

La inflación ha disminuido, pero se prevé que siga siendo demasiado alta durante demasiado tiempo. El Consejo de Gobierno tiene la determinación de asegurar que la inflación vuelva pronto a situarse en su objetivo del 2 % a medio plazo”, justifica el organismo en el comunicado emitido. Los expertos del Eurosistema han revisado al alza sus previsiones para la zona euro con respecto a hace tres meses y ahora esperan que la inflación general se sitúe en un 5,4% en 2023, un 3% en 2024 y un 2,2% en 2025, los tres datos una décima más altos que los presentados en marzo.

De hecho, Lagarde deja clara su intención en el documento presentado. “Las decisiones futuras del Consejo de Gobierno asegurarán que los tipos de interés oficiales del BCE se fijen en niveles lo suficientemente restrictivos para lograr que la inflación vuelva pronto a situarse en el objetivo del 2 % a medio plazo y se mantengan en esos niveles el tiempo que sea necesario”, reza. Además, añade que el Consejo de Gobierno seguirá aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar el nivel de restricción, lo que, atendiendo a las previsiones, significará nuevas subidas en julio.

El paro cae en la eurozona

La tasa de paro ha dado otra buena noticia a la eurozona, que ha visto como el desempleo se redujo en abril (último mes con datos disponibles) hasta el 6,5%, una décima menos que el mes anterior y su nivel más bajo de toda la serie histórica, según los datos publicados también por Eurostat. El paro de la zona eurio se sitúa así nueve décimas por debajo del nivel previo a la pandemia, ya que en febrero de 2020 el desempleo entre los países del euro era del 7,4%.

En este aspecto, España se sitúa a la cola con la mayor tasa (12,7%), por delante de Grecia (11,2%) o Italia (7,8%).  Por el contrario, las menores cifras de desempleo se observaron en República Checa y Polonia (ambos 2,7%), Malta (2,8%) y Alemania (2,9%). En el caso de los menores de 25 años, la tasa de paro de la zona euro baja en abril al 13,9% desde el 14%, mientras que en el conjunto de la UE el dato se reduce al 13,8% desde el 14% de marzo.